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Croatas y musulmanes firman un nuevo acuerdo de paz en presencia de todos los mediadores internacionales

Los presidentes de Bosnia, Alia Izetbegovic, y de Croacia, Franjo Tudjman, acordaron ayer el inmediato alto el fuego en la zona de Mostar y la constitución en las provincias de Bosnia donde croatas y musulmanes mantienen duros combates de gobiernos provisionales mixtos; que garanticen una mínima convivencia. El acuerdo, al que se llegó tras ocho horas de tensas negociaciones en el acuartelamiento español de Medjugorje, tuvo testigos de excepción: los mediadores internacionales de la Comunidad Europea, David Owen, y de las Naciones Unidas, Thorvald Stoltenberg, y el comandante en jefe de las Fuerzas de Protección de la ONU (Unprofor), Lars Eric Wahlgren.

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En la reunión también estuvieron presentes el líder de la comunidad croata de Bosnia, Mate Boban; los jefes militares de las milicias croatas y del Ejército bosnio, Milivoj Petkovic, y Sefer Halilovic, y el presidente de la misión de observadores de la CE, el ministro de Exteriores danés, Helweg Petersen. Los participantes fueron llegando hacia las tres de la tarde a Medjugorje con gestos circunspectos. El cuartel español se llenó de funcionarios trajeados y siniestros guardaespaldas. Al cabo de dos horas Owen reconocía que las conversaciones se estaban desarrollando en un clima muy crispado. "Pero al menos se está hablando con franqueza".A las seis de la tarde se llegaba a un primer acuerdo: los permisos de inspección de los campos de prisioneros. Inmediatamente, una comisión formada por miembros de la ONU y observadores comunitarios se trasladaba a la antigua base de helicópteros de Mostar, a unos 30 kilómetros, donde las milicias croatas han encerrado a unos 2.000 civiles musulmanes. Las labores de inspección servirán para un futuro intercambio de prisioneros. "Estaban metidos en un edificio, y al llegar nosotros comenzaron a gritar", contaba un soldado español que escoltó la comitiva. "No nos dejaron filmarlos. Estaban muy asustados".

Los siguientes resultados de la reunión se hicieron públicos a las nueve de la noche: inmediato alto el fuego en Mostar, que entrará en vigor a mediodía de hoy; constitución, en el plazo de ocho días, de gobiernos provisionales que mantengan una mínima convivencia en las tres provincias donde: hay enfrentamientos (Mostar, en el suroeste, y Travnik y Zenica en Bosnia central) y la creación de una policía conjunta. Los gobiernos y la policía tendrán una composición étnica en función del censo de población de 1991. Las negociaciones proseguirán el próximo día 27.

Si bien en el ambiente flota un escepticismo generalizado, dada la suerte que corrieron los pactos firmados por musulmanes y croatas el 23 de abril y el 12 de mayo, la presencia en la reunión de la plana mayor de los mediadores internacionales y del propio presidente croata, Franjo Tudjman, hacen albergar esperanzas de que esta vez lo firmado no quede en punto muerto.Advertencias a Tudjman

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Fue el propio presidente croata el que solicitó la cumbre. No es una casualidad. Según un diplomático español, el apoyo militar que las milicias croatas de Bosnia están recibiendo del Gobierno de Tudjman en su ofensiva contra los musulmanes, algo que por otra parte siempre se ha conocido, fue confirmado oficialmente por la comisión de observadores de la Comunidad Europea hace diez días. Los informes de los expertos alertaron a la comunidad internacional, que ha empezado a lanzar duras advertencias a Tudjman.

El líder de los croatas de Bosnia, Mate Boban, no ha tenido ningún pudor en manifestar su intención de anexionar esta región -Bosnia central y suroccidental- a Croacia. No en vano, en julio del año pasado proclamó esta zona como territorio soberano de Herceg-Bosna, siguiendo la vieja táctica de los serbios en Croacia y Bosnia. Herceg-Bosna, que supone un 12% de la antigua República yugoslava, quedaba así bajo control de las tropas del Consejo de la Defensa Croata (HVO).

Las ansias expansionistas de Croacia han encontrado su respaldo en el plan de paz de Cyrus Vance y David Owen que adjudica estas provincias (números 8 y 10, según su división) a los croatas. El HVO se ha puesto manos a la obra: la brutal ofensiva contra las comunidades musulmanas en Bosnia central, iniciada a principios de abril, continuó después en el suroeste, en el territorio encomendado a los cascos azules españoles.

Antes de la reunión, el portavoz de los mediadores de la CE y la ONU, Fred Eckhard, soportaba con estoicismo los dardos envenenados de los informadores. "Mientras ustedes siguen discutiendo los mapas del plan de paz, los civiles musulmanes están siendo aniquilados. ¿No es hora de cambiar de estrategia o de mediadores?". "Sugiérame usted algo", respondía Eckhard. "¿Qué más tiene que suceder para que ustedes digan basta?". Eckhard respiraba. hondo y se armaba de paciencia: "Mire, la guerra existía antes que los mapas. No se puede emplear la fuerza. La única vía es seguir trabajando sobre lo que ya tenemos".

[El líder de los serbios de Bosnia, Radovan Karadzic, se entrevistó ayer en Pale con el general francés Philippe Morillon, comandante de Unprofor en Bosnia, informa Reuter. Karadzic declaró que "la guerra podría terminar en dos semanas" si se aceptara su propuesta de desplegar observadores a lo largo de la actual línea de frente.

A mediodía de ayer entró en vigor el alto el fuego pactado el pasado domingo en Sarajevo entre serbios y croatas. A lo largo del día no hubo noticia de violaciones graves del mismo.]

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