Dos mundos

El pop independiente anglosajón y el rock español tuvieron anoche dos nuevos representantes sobre el escenario de la sala de The Revolver Club. Dos universos musicales con dos filosofías paralelas que conviven en un momento de escasa innovación y sorpresa.Insanity Wave representa el instante más inmediato, un momento musical dominado por los sonidos independientes que vienen de fuera de nuestras fronteras: la formación de batería, bajo y guitarra con la que funcionan, es un riesgo cuando aún, en algunos momentos, el instrumento domina al músico. Sin embargo, Insanity Wave ejercen de kamikazes sin miedo, y experimentan en sus composiciones influencias de lo más variadas: matices de algunas bandas del sello Sub-pop, leves toques de new wave en algún fraseo y, un bajo que recuerda el ambiente de garaje a lo Violent Femmes. Las voces de los dos solistas fueron las que más dejaron que desear. En ningún momento pudieron mostrar ni personalidad, ni carácter, convirtiendo algunos temas en un descontrol de ritmos y sonidos desafinados dignos acompañantes de una banda que empieza con ideas ' y riesgo; un potencial a tener en cuenta.

El rock urbano español más clásico y melódico vino de la mano de Línea Directa que, a diferencia de sus compañeros de cartel, dominan el instrumento con una técnica adquirida, sin duda, a base de tiempo y trabajo. Pero toda su capacidad como instrumentistas se ve frenada por sus limitaciones a la hora de crear y componer. Rígidos y muy clásicos, las influencias de cantantes como Ramoncín están presentes, pero la de otros grupos más melosos como Los Secretos, convierten su cóctel en un recorrido falto de intensidad. Línea Directa ofrece una música perfectamente ejecutada, pero desequilibrada en su temática.

Insanity Wave y Línea Directa representan dos mundos muy diferentes de la música moderna. La técnica de los segundos se ve superada por el arrojo de los primeros. Paria Insanity Wave sólo es cuestión de tiempo.