Yeltsin desea pactar con el Legislativo ruso para afianzar la reforma económica
El proyecto de pacto constitucional que presentará el líder ruso Borís Yeltsin para solucionar el conflicto entre el Ejecutivo y el Legislativo dejará las manos libres al Gobierno para aplicar la política económica que desee sin que puedan inmiscuirse ni el Parlamento ni el presidente de la república, según se desprende de las declaraciones que hizo ayer Serguéi Shajrái, viceprimer ministro y miembro del grupo encargado de elaborar dicho pacto.
La forma más razonable de acuerdo, según Shajrái, exigiría que tanto el Legislativo como el Ejecutivo se abstuvieran de usar algunas de sus facultades para que el Gobierno pueda sacar al país de la catastrófica situación económica en que se encuentra. Ambos poderes deberían evitar interferir en sus respectivas gestiones, dijo el abogado y asesor de Yeltsin.
El pacto debe incluir un compromiso por el cual el Parlamento no introduzca modificaciones en la Constitución y, quizás, otro por el que la Cámara renuncie a la potestad de aprobar la nueva Constitución. La nueva Carta Magna podría someterse a plebiscito.
El pacto, además, debe exigir responsabilidades en caso de que sea roto y será el Tribunal Constitucional quien actúe como árbitro, con capacidad para convocar elecciones tanto presidenciales como parlamentarias.
