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Buena acogida a las 'Sevillanas' de Saura en el Midem de Cannes

Jazzpaña y Tam Tam Go! completan la participación española

Pese a no ganar el premio a la obra cinematográfica en el Festival Internacional del Audiovisual Musical, Carlos Saura está satisfecho por la acogida del público a Sevillanas, "una película pequeñita de concepto y que ha tenido una repercusión sorprendente", dice el director español. Este festival es el primer acto organizado por el Mercado Internacional del Disco y la Edición Musical (Midem), mercado musical en el que anoche actuó el grupo Jazzpaña y hoy lo hará Tam Tam Go!, cerrando la participación española.

ENVIADO ESPECIAL

El Mercado Internacional del Disco y de la Edición Musical es, ante todo, eso: un mercado de compraventa de música donde las pequeñas compañías practican el trueque de artistas, las medianas intentan buscar esa canción que les permita superar la crisis y las grandes multinacionales olfatean el sector. Un mercado persa de más de 500 pabellones con la música más variada a todo volumen. Y los japoneses, como siempre, sin pisar el Grand Palais, sede del MIDEM, sentados plácidamente en sus habitaciones de hoteles de lujo, recibiendo a los que pretenden que sus discos se vendan hasta en el metro de Tokio.Paralelamente, los conciertos en directo, abundantes y de todos los estilos, marcan el espíritu musical de un certamen paradójico y contradictorio, que en su primera jornada vio cómo una película australiana -Strictly ballroom, de Baz Luhrman-, de claro ambiente español, arrebataba a Sevillanas, de Carlos Saura, el primer premio del Festival Intemacional del Audiovisual Musical, un galardón que el pasado año lanzó a la popularidad el filme Todas las mañanas del mundo y convirtió en superventas la banda sonora interpretada por el español Jordi Savall.

Aun así, Carlos Saura se mostraba satisfecho en Cannes. "Sevillanas es una película pequeñita, de concepto. La repercusión que tiene es sorprendente para lo que hemos hecho". En Sevillanas, Saura continúa su trilogía flamenca formada por Bodas de Sangre (1981), Carmen (1983) y El amor brujo (1986), lo que convierte a este oscense de 60 años en nuestro director más andaluz. "Mi primera película -Los golfos (1959)- ya llevaba música flamenca. Estaba obsesionado con Rafael el Gallina, que cantó en el filme, como después lo hizo también en Llanto por un bandido".

Según Saura, su afición por el flamenco viene de lejos. "Antes de hacer cine quería ser bailaor. Di clases con La Quica y conocí a Pilar López y el mundo del baile español. En el flamenco hay un misterio inexplicable, algo que te prende y que sientes con pocos artistas. Con Antonio Gades, con Camarón, que era artista en estado puro. Por eso hice Sevillanas; porque su autenticidad y sinceridad hay que divulgarlas. En España el flamenco no se conoce bien. Es algo que está vivo y que podemos presentarlo actualizado cada año".

En Cannes, Sevillanas encandiló a los asistentes y a los miembros del jurado, presidido por Michael Kamen, y fue la más aplaudida en una entrega de premios adornada por una ceremonia pretenciosa, larga, aburrida y con muchos fallos, en la que el único momento emocionante fue la entrega del galardón al mejor programa de televisión de música popular, que recayó en Macadam, protagonizado por el grupo francés Les Negresses Vertes, cuyo cantante murió de sobredosis el pasado sábado.

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