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Lento despertar de la normalidad en Caracas

La vida laboral se reinició ayer con normalidad en Caracas, que despertó de forma lenta y como si no hubiese pasado nada, a pesar de la intentona de golpe militar del viernes. Las huellas más palpables de la asonada se aprecian en los muros exteriores del palacio presidencial de Miraflores, destruidos por las bombas de los aviones.En los medios de comunicación también es visible la intentona. Algunas fotos chorreaban sangre y mostraban los cadáveres de tres miembros de la guardia de honor presidencial que fueron asesinados con las manos esposadas. La televisión advertía el domingo a los habitantes de las zonas próximas al aeropuerto militar de La Carlota y a los automovilistas que circulaban por los alrededores que abriesen las ventanas, porque se iba a proceder a explosionar las bombas que no habían estallado.

En un llamamiento a los habitantes de un barrio marginal, oficiales de la Guardia Nacional pedían que quienes se hubiesen apropiado de un trozo de cohete sin explotar se pusiesen en contacto con ellos. Esa pieza era el detonante y podía explotar con gran facilidad como con consecuencia de un golpe.

Los hospitales solicitaban todavía al mediodía de ayer sangre con urgencia porque los bancos de plasma habían quedado agotados en los días del golpe. Varios hospitales habían hecho llamamientos en días precedentes para que les entregasen material sanitario descartable.

Pesadilla nacional

Los telespectadores que el domingo por la mañana seguían el partido de la Liga italiana Juventus-Milan se vieron sometidos a la tortura de ver la transmisión interrumpida varias veces para conectar con la cadena nacional de radio y televisión, que lanzaba mensajes del Gobierno. Esta cadena nacional se ha convertido en una verdadera pesadilla, que interrumpe sin previo aviso cualquier programa para repetir un discurso del presidente Carlos Andrés Pérez de casi media hora. Cuando el teniente Colombo estaba a punto de acorralar al asesino o cuando Van Basten lanzaba un disparo a puerta, aparecía Pérez o el anuncio de que votar en las elecciones del 6 de diciembre.La cuestión de la censura de prensa está sobre el tapete. Al amparo de la suspensión de garantías constitucionales, el Gobierno ha cerrado la emisora Radio Rumbos, la más popular de Venezuela, que se distingue por su información en directo sobre lo que sucede. También ordenó el Ministerio de Transporte y Comunicaciones la suspensión indefinida del programa de televisión José Vicente hoy.

Este programa de José Vicente Rangel, ex senador y ex candidato presidencial de la izquierda, se caracteriza por sus permanentes denuncias de la corrupción y ataques contra el presidente Pérez y su entorno. Se teme que la suspensión de garantías sea utilizada por el Gobierno para librarse de medios y programas molestos.

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