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LA BATALLA POR LA CASA BLANCA

Clinton acaricia la victoria mientras Bush confía en un vuelco extraordinario de última hora

Antonio Caño

Bill Clinton acaricia la victoria, según todas las encuestas, a 24 horas de una de las elecciones más importantes de este siglo en Estados Unidos, aunque un triunfo de George Bush es todavía posible si se produce un vuelco de última hora en la intención del voto en más de una veintena de Estados claves. Como afirma el diario The Washington Post, nunca desde hace 16 años, con Jimmy Carter en 1976, un candidato demócrata había llegado con ventaja a la víspera de la votación.

En los tres sondeos hechos públicos ayer, Clinton está en cabeza: The New York Times-CBS (Clinton 43%, Bush 34%, Ross Perot 15%); CNN-USA Today (Clinton 41%, Bush 38%, Perot 18%); ABC (Clinton 41%, Bush 38%, Perot 14%). El promedio de estas encuestas da al candidato demócrata una ventaja ligeramente superior a la que tenía Bush sobre Michael Dukakis un día antes de las elecciones de 1988, que terminaron con una amplia victoria del candidato republicano en el número de compromisarios.De los 270 que se necesitan para ser elegido presidente -las elecciones son, en realidad, 51 elecciones en las que los votantes de cada uno de los Estados, más el Distrito de Columbia (Washington D.C.), eligen por sistema mayoritario un número de compromisarios proporcional a la población de ese Estado-, Bill Clinton tiene clara ventaja para ganar 237, y marcha también en cabeza (aunque con menos diferencia) en 15 Estados que le dan 112 compromisarios más. Es decir que, si las elecciones fuesen hoy, según una encuesta de The Washington Post que analiza la situación Estado por Estado, el candidato demócrata contaría ya con 349 compromisarios.

George Bush, según esa misma encuesta, sólo tiene asegurados 68 compromisarios y se mantiene en posición para ganar otros 131, lo que no le permitiría más que llegar a la cifra de 199. Tendría, por tanto, que asegurarse todos esos votos y ganar la mayoría de los Estados en los que Clinton tiene ventajas más pequeñas para ser reelegido.

Por regiones geográficas la situación es la siguiente:

- El Sur: una encuesta sobre el conjunto de los Estados de esta zona da a Bush una ventaja de ocho puntos, pero la situación es todavía muy equilibrada en Florida, Tejas, Georgia, Carolina del Norte y Tennessee. Se puede contar, sin peligro para la victoria de Clinton, con que todos los Estados de este área republicana, excepto Arkansas, y, tal vez, Georgia, caigan finalmente del lado de Bush.

- El Medio Oeste: es la región donde la recuperación de Bush en los últimos días ha sido más ostensible y donde, probablemente, se van a jugar estas elecciones. Clinton mantiene una cómoda ventaja en Illinois (17 puntos), y marcha primero en Ohio (seis puntos) y en Michigan (10 puntos). Ambos están empatados en Wisconsin. Bush sólo puede permitirse, si acaso, perder en Illinois, pero tiene que ganar lo demás.

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Recuperación presidencial

- El Este: Clinton tiene ventajas amplias en los principales Estados de esta región, excepto en dos, Nueva Jersey y Pensilvania, en los que Bush ha presentado una clara recuperación en los últimos días. Aún así, el candidato demócrata va todavía por delante por diez puntos en esos dos Estados en disputa. Bush está obligado a ganar ambos.

- El Oeste: Clinton tiene casi en el bolsillo los 72 compromisarios de los tres Estados de la costa, y compite todavía en varios de los Estados de las Rocosas, tradicional bastión republicano. Clinton tiene ligera ventaja en Colorado y empata en Wyoming. En el suroeste, donde el efecto Perot puede tener mucha influencia, Clinton va primero en las encuestas de Nuevo México y puede hacerlo en Arizona.

Con este panorama, Bush está obligado a hacer la mayor recuperación electoral de la historia para obtener mañana la victoria. Su jefe de campaña, Robert Teeter, cree que eso es todavía posible: "Yo estoy seguro de dos cosas: que vamos a tener una gran influencia en los votantes que no se deciden hasta el último minuto y que todavía hay mucha gente que se siente incómoda ante la posibilidad de ver a Bill Clinton como presidente".

El candidato demócrata no quiere ofrecer ahora la imagen de tranquilidad que le hizo perder terreno en la última semana. Ayer confesó que se encuentra "un poco nervioso" y aseguró que su intención en el día que queda de campaña es, exclusivamente, "seguir trabajando". Clinton, que utiliza estos días el escándalo Irán-Contra para atacar la credibilidad de Bush, tiene previsto para ese último día recorrer ocho de los Estados donde la situación sigue siendo incierta, sobre todo en el medio oeste.

Ross Perot, que aparecerá varias veces en la televisión en la víspera electoral, mantiene su confianza en la victoria en algún Estado y busca el voto republicano con el argumento de que George Bush no puede ganar estas elecciones.

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