_
_
_
_
_
GUERRA EN LOS BALCANES

Indicios de que la conferencia de paz de Londres se plegará a los hechos consumados en Bosnia

ENVIADO ESPECIAL, La comunidad internacional intentaba ayer, en una frenética actividad diplomática, impedir que la conferencia de Londres sobre la guerra de los Balcanes termine como las anteriores celebradas en los últimos 12 meses, es decir, en un completo fracaso. En Londres se multiplican los indicios de que, bajo la dirección británica, la conferencia puede convertirse en un "extremado ejercicio de realismo" que supondría aceptar los hechos consumados por las conquistas territoriales de Serbia y su limpieza étnica. La ONU, por su parte, aprobó ayer una nueva resolución que exige el fin de las hostilidades en Bosnia.

Más información
Ambigüedad política y escepticismo popular en Belgrado

La mayoría de los medios británicos intentan presentar la división de Bosnia-Herzegovina como un hecho al que la comunidad internacional debe plegarse, y ejercer presión sobre la comunidad musulmana y todos los croatas y serbios leales a la presidencia bosnia para que acepten la desaparición de su estado.Según los críticos de esta opción, la conferencia de Londres podría ser así una segunda versión de aquella otra conferencia de Londres que iba a sancionar la paz en aquella región tras la primera guerra balcánica en 1912. Pocos meses después estallaba la segunda. Si esta reunión no concluye al menos con una advertencia verosímil a Serbia, sus primeros resultados pueden ser la extensión de la guerra a Kosovo y Macedonia.

Lord Carrington, por su parte, presentó ayer su dimisión como mediador de la CE en el conflicto y la justificó en el hecho de que la conferencia patrocinada por la CE puede durar indefinidamente, y él no puede dedicarse plenamente a la misma. Esta justificación no es del todo convincente dado que Carrignton, desde hace un año presidente de esta conferencia, nunca se dedicó plenamente a la misma ya que compaginó este cargo con la dirección de una casa de subastas de Londres.

La reunión, que se prolongará durante tres días en el Palacio de Congresos Isabel II, frente al Parlamento británico, contará finalmente con la presencia de todos los principales representantes de las partes implicadas en la guerra. El presidente de Serbia, Slobodan Milosevic, estará hoy en Londres, poniendo así fin a su larga ausencia de estos foros, que le llevó a delegar en figuras representativas y sin poder como el primer ministro federal, Milan Panic, y el presidente federal, Dobrica Cosic.

Milan Panic, el primer ministro federal, se apresuró nada más llegar a Londres a ratificar en conferencia de prensa sus declaraciones pasadas según las cuales él vendría a ser en la nueva Yugoslavia lo que Bush es en Estados Unidos, y Milosevic algo as¡ como el presidente de California.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

De California a Belgrado

Panic, que llegó a Belgrado de su emigración de tres décadas a California por gracia de Milosevic, criticó a "los que hacen la guerra", a los que calificó de bandas de criminales, y se manifestó dispuesto a aceptar todos los puntos básicos que se perfilan como directrices deseadas por la comunidad internacional.

La conferencia, que hoy inaugura el primer ministro británico, John Major, intentará por un lado limar las diferencias surgidas entre la Comunidad Europea y el secretario general de la ONU, Butros Gali, y por otro, ejercer una presión con cierta credibilidad sobre las partes combatientes y en especial sobre el principal agresor, Serbia, para poner fin ala guerra y a las matanzas en todo el territorio ex yugoslavo, y en Bosnia-Herzegovina en particular.

Butros Gali pretende por su parte que esta conferencia genere algún tipo (le estructura permanente que permita mantener abierto el diálogo entre las partes enfrentadas. Esta idea fue defendida también ayer por el secretario de Estado norteamericano en funciones, Lawrence Eagleburger, y por el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Andrei Kozirev, después del encuentro que ambos mantuvieron ayer.

Por otra parte, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó ayer, por 136 votos a favor, 6 abstenciones y el voto en contra de Yugoslavia, una resolución que exige el cese de las hostilidades y de las violaciones de los derechos humanos en Bosnia.

En cuanto a la OTAN, en su reunión extraordinaria de ayer en Bruselas, no adoptó decisión alguna sobre el envío de tropas a la antigua Yugoslavia. Serán ahora los ministros de Exteriores de la Unión Europea Occidental (UEO) los que deberán tratar el tema durante una reunión el viernes próximo en Londres.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_