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La venta por ordenador liberará de colas y reventas a los teatros nacionales

La compra de entradas se podrá hacer por teléfono y con tarjeta de crédito antes del verano

La esperada informatización de las taquillas de los teatros nacionales estará en funcionamiento antes de¡ verano, según el director de¡ Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM), Juan Francisco Marco. Esta, de momento, tímida iniciativa, que se aplica en los principales centros dramáticos europeos desde hace anos, sólo afectará a los cinco teatros que dependen directamente del Ministerio de Cultura, todos ellos situados en Madrid. El resto de los teatros públicos españoles tendrá que seguir esperando. La venta de entradas por ordenador acabará, según Marco, con el abuso de los reventas sobre los aficionados que hacían largas colas, sobre todo para la ópera y los conciertos.

Mientras, el proyecto de tener informatizadas 800 salas de cine a finales de este año, tal como anunció el Instituto de Cinematografía del Ministerio de Cultura en 1988, ha quedado en agua de borrajas. De momento, sólo hay 20 salas informatizadas en toda España. El fraude de taquilla en España se desconoce, aunque a finales de 1987 se estimaba que alcanzaba los 6.000 millones de pesetas anuales.La venta de localidades controlada por ordenador llega con cerca de siete años de retraso a España, cuando los teatros de ópera de París y Londres incorporaron la informática en la primera mitad de los años ochenta. De hecho, el INAEM ya anunció este proyecto hace dos años, y se atribuyó el retraso a la carestía de los sistemas informáticos. Juan Francisco Marco asegura que la dilación se ha debido no tanto a problemas presupuestarios cuanto al tiempo que ha llevado estudiar diversas fórmulas de venta por ordenador. "Nuestros expertos han viajado a centros europeos y españoles donde ya existían las taquillas informatizadas, como es el caso del Teatro del Liceo o el Palau de la Música en Barcelona", explica.

En cualquier caso, el INAEM se ha comprometido a poner en marcha este sistema antes del verano, coincidiendo con la puesta a la venta de las localidades para la segunda parte de la temporada de ópera y de conciertos de música clásica. Los teatros afectados, desde cuyas taquillas se podrán sacar las entradas de cualquiera de los cinco centros que dependen del INAEM, son: el Auditorio Nacional de Música, el Teatro Lírico Nacional la Zarzuela, el Centro Dramático Nacional, el teatro de la Comedia, el Centro Nacional de Nuevas Artes Escénicas -ubicado en la sala Olimpia de Madrid- y el Teatro Real (cuando se finalicen sus obras). En el resto de los teatros públicos españoles nose aplicará, de momento, la informatización.

La fórmula de alquiler de los equipos a una casa especializada adoptada por el INA.EM va a permitir incorporar todas las innovaciones informáticas que vayan saliendo al mercado. De hecho, a diferencia de los ordenadores instalados en otros teatros europeos, la segunda fase del proyecto de informatización, que deberá estar concluida antes de que finalice el año, permitirá al cliente sacar su propia entrada a través de la pantalla de un ordenador ubicado en los centros. De esta manera, con sólo tocar la pantalla y con órdenes muy sencillas, el aficionado podrá ver la disponibilidad del aforo en cada uno de los cinco centros para cada representación e incluso disfrutar de un corto videoclip de la obra que desee seleccionar.

En la primera fase del proyecto la informatización permitirá reservar entradas por teléfono, pagar con tarjeta de crédito y sacar localidades para cualquier centro dramático nacional desde todas las taquillas informatizadas, según Marco.

Acabar con los abusos

En Madrid son ya conocidas las largas colas que se organizan a las puertas del Auditorio Nacional o del teatro de la Zarzuela los días anteriores a la venta de las localidades sueltas para conciertos y óperas. Aprovechando el descontento que generaban los varios días de guardia, conocidos reventas de entradas decidieron organizar e imponer, desde la pasada temporada, listas de espera para evitar las colas a cambio de quedarse con un 30% de las entradas disponibles.

El sistema consistía en una lista de nombres que se configuraba a medida que los interesados iban llegando a las taquillas. Éstos obtenían un número de turno y debían comparecer sólo dos veces al día en el teatro, a determinadas horas pactadas, para pasar lista. De no personarse, perdían el turno. "Este chantaje que monta un número pequeño de desaprensivos desaparecerá con la informatización, porque ya no habrá necesidad de hacer colas" asegura Marco. "Otra cosa es luchar contra la reventa, porque por muchas medidas que adopte el INAEM o las fuerzas de seguridad, es un fenómeno que depende de la oferta y la demanda: hay poca oferta para determinados conciertos que mucha gente quiere oír".

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