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La creación de nuevos asentamientos bloquea el diálogo entre palestinos e israelíes

Antonio Caño

Washington Irritado por la incapacidad de árabes e israelíes para entenderse, el secretario de Estado norteamericano, James Baker, recurrió ayer nuevamente a su autoridad personal para intentar un acuerdo antes de que las delegaciones abandonen hoy Washington. El problema de los nuevos asentamientos judíos en los territorios ocupados bloqueó en las últimas horas las conversaciones, que derivaron hacia el tradicional intercambio de recriminaciones.

Desde primera hora de la mañana, James Baker, arquitecto del proceso iniciado el 30 de octubre en la Conferencia de Madrid, se reunió por separado con cada una de las delegaciones para exigirles que dieran pruebas de su voluntad de paz. Los palestinos y el resto de las delegaciones árabes se mostraron favorables a la intervención de Baker, pero los israelíes la aceptaron de peor grado."Hemos dicho en varias ocasiones que nuestros amigos norteamericanos no deben involucrarse en la sustancia de las negociaciones. Creemos sinceramente que eso no conducirá a conseguir progresos", dijo el jefe negociador israelí, Yossi Ben Aharon. Estados Unidos e Israel tienen pendiente un importante litigio sobre el aval norteamericano a un crédito de 10.000 millones de dólares para la absorción de emigrantes judíos rusos en territorio israelí. Este aval, sobre el que Washington tiene que tomar una decisión en los próximos días, está siendo utilizado cómo elemento de presión sobre el Gobierno de Tel Aviv.

Incertidumbre

La gestión de Baker, en el último día de las conversaciones de Washington, trató, de evitar un fracaso que impidiese incluso nuevas negociaciones en el futuro inmediato. De momento. se ha abierto una gran incertidumbre sobre la conferencia multilateral de paz que, de acuerdo a lo pactado en Madrid, debe celebrarse a finales de mes en Moscú. Según fuentes del Departamento de Estado, los palestinos se niegan a aceptar las invitaciones cursadas por Rusia para asistir a esa reunión como parte de una delegación conjunta con Jordania.

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Después de haber conseguido establecer en Washington un diálogo bilateral exclusivo con Israel, los palestinos quieren tener un asiento propio en la conferencia de Moscú, en la que se discutirán temas de interés regional multilateral, como los problemas, del agua y otros recursos naturales. Es muy probable, sin embargo, que el Gobierno israelí se niegue a que a los palestinos se les conceda el estatuto de un país más en la conferencia.

Este nuevo conflicto sólo contribuyó a hacer más difíciles las conversaciones en Washington dominadas, en lo que a la mesa palestino-israelí se refiere, por las discrepancias sobre la cuestión de los asentamientos. Aunque ayer era el último día previsto para esta ronda, los encuentros seguirán hoy según anunció anoche el embajador israelí en Washington, Salman Shoval.

En su reunión de la noche del martes, la delegación palestina comunicó a sus interlocutores que no se podía avanzar en las conversaciones hasta que se detuviese la creación de nuevos asentamientos, Los israelíes contestaron que tienen derecho a construir casas en todo su territorio y que no pueden aceptar la condición palestina.

La posición israelí se hizo todavía más intransigente después de conocerse el ataque contra un autobús judío en los territorios ocupados. "No toleraremos ni el terrorismo ni a los que practican el doble lenguaje de apoyar la paz en un lado y alentar el terrorismo en el otro", declaró el res ponsable israelí de la negociación con Jordania. Pero no es sólo el tema de los asentamientos. Las conversaciones de Washington están amenazadas desde tantos lados que cualquier pequeño, avance se convierte en un milagro.

Uno de los principales obstáculos es la débil posición del Gobierno de Israel, emparedado entre las presiones de su extrema derecha, que amenaza con dejarlo en minoría parlamentaria si hace concesiones, y las de Estados Unidos, que le puede privar de los 10.000 millones de dólares si mantiene la inflexibilidad.

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