El sexo coronado
La película 'El rey pasmado' cuenta cómo Felipe IV desafió a la Inquisición
El rey de España se fue de putas un día y, de ver curvas ebúrneas, se quedó pasmado. A la vuelta a palacio, cayó en la cuenta de que nunca había visto desnuda a la reina, así que se le ocurrió pedírselo a su real consorte: ello armó un revuelo de órdago en la Corte española. Los hechos ocurrieron en el siglo XVII, y el rey era Felipe IV... El escritor Gonzalo Torrente Ballester recreó esta anécdota histórica en una novela, Crónica del rey pasmado, y un equipo del cine español de los noventa, dirigido por Imanol Uribe, la ha llevado al cine. El próximo día 31 se estrena El rey pasmado que, según el cineasta, "es un triunfo del erotismo sobre las tinieblas de la historia de España".
Casi desde los tiempos de Cifesa no se contaban historias de reyes en el cine español. El rey pasmado restaura la presencia de la Corona en las pantallas. "La Casa Real no ha visto todavía la película, pero les enviaremos una copia y pensamos invitarles al estreno. Estaremos orgullosos de que asistan", afirma Imanol Uribe. Uribe es director y productor de El rey pasmado, una película ambiciosa, solvente en el plano industrial e irreverente en el ideológico, sobre el triunfo del erotismo frente a las tinieblas de la Inquisición: el Santo Tribunal se tomó muy a mal el empeño del joven Felipe IV, que a los 20 años no había podido ver desnuda a su esposa. La película se rodó durante la primavera pasada en Toledo, Ávila, Madrid, El Escorial, Salamanca y en el corazón histórico de Portugal, Guimarâes. Es una coproduccción hispano-franco-portuguesa que ha costado 300 millones de pesetas y ha contado con el apoyo de Eurimages, Ministerio de Cultura y RTVE. Encabezando un amplio reparto, Gabino Diego encarna a Felipe IV, Juan Diego al padre Villaescusa, Javier Gurruchaga al Conde-Duque de Olivares y, entre otros, también tienen papeles destacados Joaquím de Almeida, encarnando a un jesuita que recuerda a la teología de la liberación, Laura del Sol en plan prostituta sabia, Eusebio Poncela de aventurero galante, María Barranco de criada marchosa, Alejandra Grepi de esposa de Olivares, Fernando Fernán Gómez de Gran Inquisidor y Eulalia Ramón de bailarina de chacona.
Imanol Uribe, que se siente feliz porque Gonzalo Torrente Ballester ya ha visto la película "y le ha gustado por su fidelidad a la novela -únicamente hemos añadido de nuestra cosecha la escena final-", dice: "A pesar de que las películas de época están rodeadas de complejidad, éste ha sido el rodaje más fácil que he tenido. Los únicos problemillas han sido con los curas, pero casi nada. Ahora veremos, porque hasta la fecha se puede decir que no nos han molestado".
¿Qué le atrajo a Uribe a llevar al cine esta historia de sexo y monarquía?: "Me reí mucho leyendo la novela de un tirón. Primero, me divertía y, en segundo lugar, suponía una mirada sobre esa España negra. Una mirada distante, crítica y divertida. Torrente se divirtió mucho escribiendo la novela y nosotros nos hemos divertido mucho haciéndola. En cuanto leí la novela pensé que quería hacer una película que fuese un divertimento, con un transfondo de defensa de la libertad, y que reconstruyese una época de la historia de España, con la Inquisición detrás, que es importante no olvidar". El guión es obra de Gonzalo Torrente Malvido, hijo del escritor, y de Juan Potau.
El rey pasmado cuenta algo así como un coitus interruptus histórico. "Parece ser que fue cierta la historia del rey. Al menos, Gregorio Marañón lo cita como cierta. Lo más curioso de todo es que, a pesar de la Inquisición, aquella época era más permisiva que otras de la historia de España", dice Uribe.
Respecto a su alejamiento del cine político, el director de La fuga de Segovia afirma: "Hice tres películas relacionadas con la política inmediata y creo que ya está bien. Ahora me apetecen cosas más lúdicas. Espero que sea un éxito de público, pero no he traicionado el espíritu de la novela para acentuar los aspectos eróticos".
"¡Allá los curas!"
Torrente Ballester -que ya lleva vendidos alrededor de 70.000 ejemplares de esta novela-, afirma: "No creo que esta historia sea un triunfo del sexo sobre la religión, sino sobre los curas, que no es lo mismo. Porque yo, aunque no lo parezca, soy creyente y, además la Iglesia del siglo XVII era más laxa que la de ahora. Teóricamente no debe de haber hoy día ninguna protesta de la Iglesia, porque ni la novela ni la película son anticlericales, creo yo. Pero si la hubiera, ¡allá los curas!".Gabino Diego, cuyo parecido real con Felipe IV es asombroso, cuenta: "Mi papel es el de un chico que ha nacido rey, que no sabe hacer otra cosa y que quiere ver a la princesa desnuda. Yo no he querido leer nada para documentarme sobre este rey de España porque quería estar a lo que mandara el director". María Barranco, que en la vida real es la esposa del director, cuenta: "Creo que hemos hecho un buen trabajo, en un momento en que el cine español no arranca. Espero que tenga mucho éxito. Y también estoy muy feliz de haber trabajado con Imanol, porque es la primera vez que lo hacemos juntos".
El actor portugués Joaquím de Almeida señala: "Soy el jesuita portugués padre Almeida, y me parece tan actual la historia de la Iglesia que contamos que, parece ser de hoy mismo con el Papa que tenemos".
Babelia
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