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El historiador Miguel Artola desconfía de una Europa con 46 naciones"

El historiador Miguel Artola, de 68 años, recibirá el viernes en Oviedo el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales. Y ahora aparecen en Alianza el cuarto y quinto tomos de la Enciclopedia de historia de España, obra coordinada por el historiador donostiarra. Artola no cree que "pueda funcionar bien una Europa con 46 naciones" y se lamenta de que los políticos españoles no acostumbren a escribir diarios o memorias.

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A Miguel Artola le ha apasionado siempre el funcionamiento de las instituciones, y a esa luz contempla el mundo de hoy. Su punto de vista del fenómeno nacionalista se basa en la viabilidad o no de una Europa donde no pocas naciones reclaman ser Estados. "El otro día conté las banderas de las naciones europeas que publicaba EL PAÍS, y vi que eran 46", dice. "No creo que fuese funcional un Parlamento europeo con 46 Estados. Los Parlamentos actuales son como son fundamentalmente por motivos funcionales: los diputados tienen que poder verse y oírse para poder negociar. ¿Quién haría la labor de los partidos en un Parlamento de Estados?".

Estudioso del pasado, Artola siempre ha tratado de sacar de la historia lecciones válidas para el presente: "Pero no hay que perder de vista las diferencias. La vida parlamentaria de hoy no tiene que ver con los Parlamentos del XIX. Entonces, los diputados eran personas que opinaban por sí mismos y conseguían suscitar o no apoyos colectivos. Hoy, en cambio, los partidos son los mediadores inexorables. La voz de los políticos de hoy es la de los partidos. Los partidos surgieron porque eran precisos para la eficacia de los Parlamentos y para que éstos se convirtiesen en legisladores".

Memorias

Artola dice estar metido en el proyecto de Enciclopedia de historia de España con ánimo de dejar a la posteridad un instrumento útil del que él carecía al ponerse a investigar. Así, el Diccionario biográfico y el Diccionario temático, realizados con un gran equipo de investigadores, pretenden llenar numerosas lagunas. Éstas, en España, subsisten sobre todo para escribir biografías de personajes.

"Los políticos anglosajones", explica Artola, "acostumbran a legar diarios personales y memorias. Aquí no existe esa tradición. Los historiadores nos vemos obligados a recurrir como fuente principal a la prensa de la época. Ya se sabe que las autobiografías de los personajes no tienen ni sexo ni economía, pero me parece una pena que Franco no dejase unos diarios adecuados. Y ¿cómo no va a escribir sus memorias Suárez?, sería increíble".

Prepara una obra que probablemente se titule La monarquía hispánica.- "Trato de huir de una historiografía demasiado compartimentada; por ejemplo, aunque haya estudios sobre Fernando el Católico como rey de Castilla y otros como rey de Aragón, pintar una imagen unitaria del personaje".

Presidente del Instituto de España y catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid y de la de Salamanca, es autor de Los Orígenes (le la España contemporánea, La España de Fernando VII o La burguesía revolucionaria (1808-1874).

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