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El congreso de flamenco de Linares confirma el creciente interés internacional

El XIX Congreso Nacional de Actividades Flamencas, recién concluido en Linares (Jaén), ha confirmado la tendencia del flamenco hacia una internacionalización imparable. Seis potencias y numerosos actos colaterales y espectáculos quedan para la historia de este arte, al que se quiere sacar de una secular reclusión en determinados guetos sociales y llevarlo al terreno del tratamiento cultural y científico. Hubo buen número de congresistas franceses, y algunos de otras nacionalidades. Tres de los seis ponentes son franceses, y en 1993 la celebración del congreso tendrá como escenario París.Las ponencias han incidido sobre alguno de los temas que preocupan a la gente del flamenco. Por ejemplo, la evolución de este arte hacia el futuro, el peligro de adulteración si esa evolución se hace al margen de la pureza flamenca, o el peligro de esclerotización si no evoluciona. Otra ponencia se ocupó de la figura del cantaor Manuel Vallejo -cuyo centenario se cumple mañana- en la perspectiva de hoy.

Se celebró el II Festival de los Cantes Autóctonos. Festival interesante y con personalidad propia, puesto que cada una de las ocho provincias andaluzas y Extremadura se hallan en él representadas por un cantaor que interpreta preferentemente los cantes propios de su tierra. Es una oportunidad de escuchar estilos que, en algunos casos, se hallan en trance de olvido, y que no deben perderse.

Geografías del cante

El almeriense Luis el de la Venta interpretó un taranto primitivo de enorme encanto; Antonio Ranchal y Álvarez de Sotomayor -señor del cante cordobés, que hace con un regusto intimista muy sugestivo- los fandangos de Lucena; Mariana Cornejo, terremoto de flamenquería de buena ley en el escenario, los géneros festeros gaditanos; Antonio Lozano marcó una de las cotas más elevadas de calidad con espléndidas ejecuciones de malagueñas y los tangos de La Pirula, lo mismo que el sevillano Miguel Vargas en soleares y siguiriyas; el gitano de la fflaza Alta de Badajoz Alejandro Vega trajo los tangos y los jaleos de aquella tierra; el iliturgitano -es decir, de AndúJar (Jaén)- Paco el Pecas, la taranta de la tierra y la alboreá; Manola Sánchez, un recorrido muy completito por los fandangos de Huelva.Este festival tiene, como puede verse, un notable interés como exponente de la diversidad cantaora de las diferentes geografias del cante, que es muy acentuada en matices, acentos y musicalidad. Diversidad que enriquece lo jondo, haciéndolo más plural y atractivo, y que por lo mismo debe conservarse.

Se rindió homenaje a Carmen Linares, gran cantaora que acaba de salir de una seria enfermedad y cuya reaparición está prevista para el próximo día 30 en Madrid, cantando El amor brujo. Y en 1992 el congreso se celebrará en Huelva, por aquello del V Centenario, que de allí salieron las naves de Colón.

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