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El semanario británico 'The Economist' propone una reforma constitucional en el Reino Unido

El semanario británico The Economist publica en su número del 6 de julio un estudio sobre la necesidad de rejuvenecer las instituciones supremas del Reino Unido, desde la Corona a la Cámara de los Lores y de los Comunes, pasando por el sistema judicial y el Gobierno, que considera sufrirán cambios sustanciales en los próximos 10 años. La modesta propuesta, como la define, tiene como objetivo "provocar el debate" en la línea del análisis del constitucionalista Walter Bagehot, un director de The Economist en la época victoriana.

Los principales aspectos del análisis son los siguientes:La reina y los lores. El principio hereditario de la corona es difícilmente defendible en el mundo moderno. Para la mayoría de los británicos, sin embargo, la monarquía es el símbolo de su nación. La monarquía es popular. El símbolo está hoy deslucido por la prensa sensacionalista, que ha convertido la casa de Windsor en un melodrama televisivo. Hay interrogantes sobre los poderes residuales de la corona, pero cuando se pregunta si debe desaparecer, el sentido común y la prudencia política armónicamente dicen no.

Cosa distinta ocurre con la Cámara de los Lores. Al contrario que la monarquía, no goza de popularidad. Es parte de la máquina legislativa de la nación. Sus miembros no son elegidos por los votos, sino por el principio hereditario. Esto hay que reformarlo. La segunda Cámara del Parlamento debe ser elegida democráticamente por un sistema electoral proporcional, recibiendo el nombre de Senado. La quinta parte de la Cámara debería consistir en miembros designados -con voz pero sin voto- entre jueces, científicos eminentes y personalidades relevantes.

Escocia. La Convención Constitucional Escocesa ha propuesto un plan para un Parlamento escocés unicameral encargado de los asuntos escoceses, independiente de los Comunes (Parlamento de Westminster). El Senado sería una Cámara para todo el Reino Unido. Escocia elegiría a sus senadores y nombraría a los de designación especial.

Los ciudadanos y los políticos. La Convención Europea de los Derechos Humanos cubre el Reino Unido, pero, sin embargo, un ciudadano británico que quiera acogerse a sus provisiones tiene que acudir para ello al Tribunal Europeo de los Derechos Humanos, en La Haya. Éste es un procedimiento muy costoso y largo. Quedaría solucionado obligando a los tribunales a asumir laconvención mediante su incorporación al derecho británico, aunque sólo debe hacerse mediante el voto a favor por parte de los Parlamentos británicos.

Empuje

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No obstante, el mayor empuje a los derechos ciudadanos radicaría en un acercamiento entre sus preferencias políticas y la composición del Parlamento. Hay diversos sistemas electorales que pueden conseguirlo. El más justo es el utilizado en Irlanda. El siguiente sistema válido podría ser el de primera y segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Francia.El primer ministro y el Gabinete. La reforma del sistema electoral haría más factible un Gobierno de coalición, lo cual reduciría el extraordinario poder de los primeros ministros. Para esto bastaría una simple reforma: legitimar por ley la institución del Gabinete y que todos sus miembros sean directamente elegidos y destituidos por el Parlamento, lo cual vincularía más estrechamente al Gabinete y al Parlamento. Sin embargo, esto, combinado con la reforma, electoral, podría minar demasiado la efectividad del primer ministro. Por tanto, debe mantenerse en reserva hasta que los efectos de la reforma del sistema de voto aparezcan claros.

Otro camino para recortar el poder del primer ministro es reducir -no abolir- las prerrogativas, reales, los poderes residuales aún mantenidos por la reina, pero ejercidos en la práctica por el primer ministro.

Los Comunes. Los Comunes reclaman un cierto poder sobre el primer ministro, pero deben reformar su propio sistema de funcionamiento introduciendo plazos fijos entre elecciones, estableciendo audiencias públicas al comienzo del proceso legislativo y poniendo fin a sus ridículas hoiras de sesiones.

¿Constitución escrita? Todos los cambios propuestos ¿deben ser consagrados en una Constitución escrita? La tradición y la práctica británicas aconsejan continuar con el sistema actual de Constitución no escrita. Las reformas propuestas no necesitarían ser consagradas por una nueva Constitución. Basta con que lo consagre el pueblo mediante referéndum.

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