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Kurosawa termina el rodaje de su filme sobre los efectos de la bomba atómica en Hiroshima

EL actor japones Richard Gere interpreta el papel de un hawaiano de origen japones

Akira Kurosawa termina estos días el rodaje de su 29 película, Rhapsody in august (Rapsodia en agosto), una historia actual emarcada en los efectos físicos y psíquicosde las bombas atómicas que los norteamericanos lanzaron sobre Hiroshima y Nagasaki. El norteamericano Richard Gere interpreta el papel de un hawaiano. Es la primera vez que un actor extranjero participa en unfilme del realizador japonés, que a sus 80 años no piensa en retirarse y declara tener todavía muchos proyectos para descubrir el significado del cine en el que lleva 50 años trabajando.

Son las tres de la tarde de un nublado y húmedo día de septiembre. En una granja de las cercanías de Chichibu, una ciudad situada a un centenar de kilómetros de Tokio, Kurosawa, bien erguido en su elevada estatura y vestido con una gorra azul, camiseta color rosa, pantalones vaqueros y playeras, discute con el jefe de iluminación una secuencia nocturna que transcurre en un amplio dormitorio en medio de una espectacular tormenta de verano cuyos efectos luminosos habrá que crear artificialmente. En el exterior, la realidad supera a la ficción. La tarde se oscurece y el cielo se rasga con rayos y truenos a los que sigue una tromba de agua que obliga a suspender temporalmente el ensayo, al que asiste un grupo de periodistas. Kurosawa repite pruebas hasta el infinito, rueda con dos cámaras, y con tres cuando puede, para lograr el mejor ángulo fotográfico. Ésa ha sido la razón por la que prefirió recurrir poco al estudio y montar un escenario en una casa de madera de una planta que fue construida el pasado junio en una granja de Chichibu donde discurre gran parte de la acción, a excepción de algunas escenas que han sido tomadas en Nagasaki y en otro pueblo llamado Gotemba. Está previsto que el rodaje concluya a principios de octubre y que el estreno tenga lugar en la primavera o el verano del año que viene. Los productores acarician la idea de presentarla a la próxima edición del Festival de Cannes.Muchas novedades reúne la última obra del maestro del cine épico, además de la presencia en la película de un actor extranjero. Richard Gere aceptó de inmediato el papel cuando Kurosawa se lo propuso el pasado abril en Los Ángeles, en la fiesta que Hollywood concedió al realizador japonés tras la concesión del Oscar por el conjunto de su carrera cínematográfica.

El protagonista de Oficial y caballero y de American gigolo ha rodado en japonés, para lo cual recibió antes lecciones de dicción. Interpreta el papel de un hawaiano de padre japonés que viaja por vez primera a Japón para conocer a una tía anciana. Este papel de protagonista lo desempeña una veterana actriz de 85 años, Sachiko Murase, que nunca antes había trabajado con Kurosawa.

Financiada en Japón

Después de un periodo de 20 años sin lograr dinero de las productoras de su propio país, Kurosawa ha conseguido que la película haya sido financiada esta vez con capital nacional y con el principal respaldo de Sochiku, una de las cuatro mayores distribuidoras cinematográficas de Japón. Su hijo, Hisao Kurosawa, que es productor asociado de la película, afirma que ha costado menos que las cuatro últimas realizadas por su padre. La cifra que se rumorea es de 1.500 millones de yenes. Las tres obras con las que Kurosawa alcanzó el éxito mundial, Dersu Uzala (1975), Kagemush (1980) y Ran (1985), fueron rodadas con dinero extranjero, como también ocurrió con Dreams, el último de sus filmes, que acaba de ser estrenado este año y que ninguna productora japonesa quiso financiar.Kurosawa, rompiendo una tradición no escrita de espaciar sus películas entre cinco y seis años, apenas se ha dado en esta ocasión un respiro antes de ponerse nuevamente detrás de la cámara. Él mismo admite que temió al principio sentirse incapaz de meterse de lleno en el nuevo filme, cuyo guión escribió en sólo 10 días. Rhapsody in august está basada en una novela breve, Nabe no naka, de la escritora Kiyoko Murata, con la que ganó un premio literario y que él leyó durante el rodaje de Dreams. La obra le fascinó por la sensibilidad con la que se describen las relaciones durante unas vacaciones de verano en un lugar cerca de Nagasaki entre una anciana y sus nietos y un sobrino cuyo padre emigró a Hawai. Los efectos físicos y psíquicos de las dos bombas atómicas que los norteamericanos lanzaron sobre Hiroshima y Nagasaki perviven todavía en el cuerpo y en la mente de muchos japoneses casi medio siglo después y tal circunstancia centra gran parte del relato. Kurosawa, que jamás vistió un uniforme militar, dice - que la película es un discurso antibelicista. "No es la primera vez qué hago una denuncia de esta clase", afirma cuando alguien del grupo de reporteros le pregunta por qué ha tardado tanto en la denuncia: "En 1955 lo hice con Ikimono no kiroku (I live infear), que no tuvo ningún éxito". Afirma luego, al referirse a la tragedia nuclear sufrida por su país en 1945, que es distinta la conducta de quienes sobrevivieron la catástrofe en Hiroshima, donde se calcula que murieron más de 140.000 personas, y los que lo hicieron en Nagasaki, ciudad en la que hubo 70.000 muertos. "Es dificil de explicar, pero en Nagasaki los familiares de las víctimas son reservados y se muestran reacios a hablar delsuceso".

Éxito

Cuando se le pregunta la razón por la que su cine es mejor entendido y tiene más éxito fuera que dentro de Japón, Kurosawa responde con una extraña sinceridad: "El público japonés no acepta el tipo de películas que yo hago porque no está capacitado. Siento decirlo, pero la calidad ha desaparecido en el cine de mi país y la industria cinematográfica no está muy interesada en que vuelva".La posibilidad de que cristalice el deseo de Gabriel García Márquez de que el maestro japonés lleve a la pantalla El otoño del patriarca no parece muy alta a juzgar por sus manifestaciones, aunque no lo descarta. "Tengo un gran respeto por García Márquez y me gustan todos los libros que he leído de él, en especial Cien años de soledad. Viajar al Caribe es dificil para mí porque el clima es muy severo, y ambientar la película en Japón no me parece fácil".

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