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Crítica:ROCK
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Por una noche

Hace 16 años, cuatro californianos de apellidos Hidalgo, Rosas, Pérez y Lozano decidieron formar un grupo. Vecinos de la comunidad chicana de Los Ángeles, pasaron cuatro años de bautizo en bautizo, de boda en boda, de fiesta en fiesta animando el cotarro como grupo de baile. En 1978 juntaron sus ahorrillos y se pagaron de su bolsillo la grabación de su primer disco, titulado Just another bandfrom L. A. Y hasta ahora.Escuchar un recital como el que ofrecieron Los Lobos en Madrid es recorrer una parte fundamental de la música popular actual. La que nace del rock and roll, se mezcla con influencias latinas y desemboca en una fusión de estilos realizada con apabullante maestría. Cantaron de todo. Rock, rancheras, tex-mex, corridos, canción vaquera, blues, rhythm and blues, algo parecido a la chacarera, valsecitos y cualquier cosa que les vino en gana. Los Lobos hacen lo que quieren .por una sencilla razón: porque pueden.

Los Lobos

David Hidalgo (voz, guitarra, acordeón, viofiry), César Rosas (voz, guitarra), Luis Pérez (batería),Conrad Leizano (bajo), Steve Berlin (saxo, teclados). 2.500 personas. Precio: 1.500 pesetas. Sala Universal Sur. Madrid, 19 de septiembre.

Como guitarrista, David Hidalgo es algo fuera de lo común, y no tiene nada que envidiar al mejor instrumentista de blues o de rock. Como acordeonista n9 se queda atrás, y como cantante, lo borda. César Rosas, menos limpio en su trabajo con la guitarra, tiene una voz más negra, y se complementa a la perfección con su compañero. Los dos son la base de Los Lobos, y tienen la perfección, precisión y comunión que sólo dan los años de trabajo en común. Porque Los Lobos trabajan a base de bien.

A destajo

Más de dos horas de recital, seis canciones de propina y el público aullando cual cánido. Los Lobos es un grupo conocido por los madrileños, su música no es un dechado de originalidad, pero, como cualquier conjunto de verbena que se precie, se lo curra. Y en esa faceta de trabajadores a destajo, que además son excelentes músicos, es donde el grupo californiano gana la batalla.Con ser indiscutible la competencia con la que David Hidalgo frasea con su guitarra el blues, con una pulsación digna de B. B. King, cantando temas del folclor mexicano con una voz plena de lirismo, o de las interpretaciones de canciones de profunda raíz negra con voz absolutamente convincente a cargo de César Rosas, es aún más importante la naturalidad y energía de su entrega volcada hacia una música que impresiona por la funcionalidad de su tratamiento.

Los Lobos parece que no han hecho otra cosa en su vida que cantar Volver, volver, La bamba o Will the wolf survive. El que esto sea cierto no resta a Los Lobos un ápice de interés, porque su capacidad de mantener un espíritu popular en sus recitales, y en Madrid lo demostraron con creces, hace que todo suene fresco, nuevo, casi recién hecho.

El grupo aprovechó para presentar su último disco, titulado The neighborhood, en el que amplía su abanico estilístico, acepta más claramente la influencia de músicas negras e introduce ritmos más contundentes. Al público le dio lo mismo. Llevado por un ambiente festivo, encantado con la profesionalidad, la entrega y el buen hacer de los hispanocalifornianos, se mostró dispuesto a todo, y se convirtió en hombre lobo. Por una noche.

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