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El futuro Teatro Nacional recortará la autonomía económica de los teatros públicos

Adolfo Marsillach prepara un decreto-ley que el Gobierno aprobara este año

El Ministerio de Cultura ya tiene elaborado un borrador de decreto-ley y una orden ministerial para la creación del Teatro Nacional, organismo que no solamente será un nuevo espacio escénico, sino que además englobará a los actuales Centro Dramático Nacional, Centro Nacional de Nuevas Tendencias Escénicas y Compañía Nacional de Teatro Clásico. Estos, además del nombre de Nacional, perderán también su actual autonomía económica, porque, según manifestó a este diario e director del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM), Adolfo Marsillach, "ahora existe una falta de coordinación absoluta".

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El montaje de La Orestiada que prepara José Carlos Plaza en el solar de Madrid donde se edificará el futuro Teatro Nacional (véase EL PAÍS del pasado 7 de mayo) ha servido para desvelar los planes del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y la Música sobre la creación de dicho Teatro Nacional.Pero estos planes no únicamente, como era conocido hasta ahora, la creación de un nuevo espacio escénico de titularidad pública, sino, fundamentalmente, una reorganización de los teatros públicos, de las tres unidades de producción que actualmente tiene el INAEM, y que, con la creación del Teatro Nacional, perderán su autonomía económica e incluso orgánica y pasarán a depender del futuro Teatro Nacional.

"Este proyecto surge desde el Ministerio de Cultura, porque pensamos que los teatros nacionales nunca han tenido una filosofía que los aunara, y lo que queremos es unificar todos los criterios en nombre de una política cultural común", explicó el director del INAEM, Adolfo Marsillach.

Hasta hoy existía una falta de coordinación absoluta en las tres unidades de producción del INAEM, Centro Dramático Nacional, Centro Nacional de Nuevas Tendencias y Compañía Nacional de Teatro Clásico, porque son autónomas y con presupuesto propio", continúa Marsillach.

"Con el futuro Teatro Nacional, esto no será así, y se podrán estructurar las cosas para que los medios técnicos y las personas igual puedan trabajar en una unidad de producción que en otra; sabremos cuándo el Centro Dramático Nacional tiene que hacer un tipo de obra y cuándo conviene que una obra de los tres haga una gira por España o por América". A la pregunta de si este planteamiento de unificar los teatros públicos en una gran unidad de producción persigue también una mayor racionalización de los gastos contesta Marsillach: "El INAEM tiene un presupuesto fijo al año, y lo que intentamos es que las unidades de producción no se salgan de este presupuesto. Por ejemplo, Lluís Pasqual, que hizo un trabajo sin duda admirable en el Centro Dramático Nacional, tuvo en algunos momentos, según a mí me cuentan, problemas de ajuste en su presupuesto. Ahora, nosotros intentamos que esto no pueda suceder, porque el presupuesto de las tres unidades de producción será global, y el futuro director del Teatro Nacional rendirá sus cuentas ante el Ministerio de Cultura y tendrá que administra las tres unidades".

Pacto

Respecto a si no teme una rebelión de los actuales directores de las tres unidades, que verán disminuidas sus funciones en el futuro Teatro Nacional, contesta el director del INAEM: "De ninguna manera, pues este proyecto está pactado y discutido por mí con ellos. Ellos han participado en la elaboración del borrador del proyecto y además no van a perder su independencia, sino que ésta va a estar más regulada, pues todos somos conscientes de que la autonomía actual creaba mucho caos".El borrador de decreto-ley y también el de la orden ministerial que, tras la aprobación por el Gobierno, creará el futuro Teatro Nacional contempla que las tres unidades de producción actuales serán englobadas en éste y perderán el nombre de Nacional, así como los estatutos que ahora tienen. Además, este proyecto del Teatro Nacional, "que será aprobado por el Consejo de Ministros antes de Final de año-, dice Marsillach, contempla la ya citada creación de la figura de un director, un comité de dirección y un consejo asesor.

"El comité de dirección estará formado por los directores de cada una de las tres unidades de producción, mientras que el consejo asesor estará integrado por destacadas personalidades del mundo de la cultura española, y al frente de todo, el cargo de director del Teatro Nacional, que será nombrado por el Ministerio de Cultura y, por tanto, quien rinda cuentas", explicó Marsillach.

Este cargo será nombrado en el primer trimestre del año que viene y, todavía no está decidido quién ocupará el puesto. A la pregunta de si no le gustaría a é., mismo ser el primer director de., futuro Teatro Nacional contestó, Adolfo Marsillach: "Yo tomé posesión como director del INAEM a mitad de junio del año pasado. Siempre dije que estaría un ratito."

Responsabilidad

Pero Marsillach cree que la tarea exige que permanezca en el puesto. "Lo que ocurre", dice "es que soy una persona responsable y me iré cuando mi salida sea más conveniente para el Ministerio de Cultura. Dicho esto, sí, evidentemente, a mí me gustaría dirigir ese gran Teatro Nacional, pero no sé si me pilla ya un poco mayor".

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