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Vargas Llosa decide ir a la segunda vuelta en Perú

El escritor Mario Vargas Llosa, candidato por el derechista Fredemo a la presidencia de Perú, seguirá en la liza, tras varios días de vacilaciones, y se presentará a la segunda vuelta, que se celebrará el 5 de junio. Frente a él estará Alberto Fujimori, candidato de Cambio 90, de origen japonés, gran sorpresa en la primera ronda, el 8 de abril, cuando pisó los talones al autor de La ciudad y los perros y se proyectó como favorito para ganar la jefatura del Estado.

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Las bazas de Mario

Bronceado por el sol de finales de verano y tras casi una semana de playa, Vargas Llosa regresó el lunes a Lima para reunirse con el Consejo ejecutivo y la comisión política del bloque derechista, Fredemo, que encabeza desde hace poco más de un año.Al final de un encuentro de tres horas, el escritor, que era esperado por decenas de periodistas nacionales y extranjeros, dejó rápidamente el lugar de reunión y expresó en un comunicado su decisión de presentarse a una segunda vuelta electoral para disputar con Fujimori la primera magistratura de Perú.

Pretexto constitucional

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El novelista reconoce en ese texto que estuvo dispuesto a renunciar a su presentación a la segunda vuelta para facilitar tina solución en bien del Perú, pero apoyándose en las disposiciones constitucionales apunta que el pueblo requiere elegir entre dos opciones y que por eso irá a una segunda vuelta electoral.

Asegura Vargas que participará en la liza para "continuar luchando por la reforma que el país necesita, con plena convicción y sin defraudar a los millones de compatriotas que votaron" por su candidatura.

Entre tanto, Fujimori, candidato desconocido -que en las tres semanas previas a los comicios del 8 de abril pasado influyó en el electorado de tal manera que pasó a disputar con Vargas Llosa la presidencia peruana-, siguió manteniendo el misterio, y en una estrategia inusual, criticada por unos e insinuada por otros con sonrisas de suspicacia, dejó tanto a los periodistas como a su rival electoral en espera de su programa de Gobierno, que aún es sólo un rumor.

En efecto, los dos competidores electorales peruanos se impusieron mutuos silencios y reflexiones durante la Semana Santa, prometiendo ambos conferencias de prensa y explicaciones para el lunes.

Sin embargo, llegada la hora del encuentro con Fujimori, en un céntrico hotel limeño abarrotado de periodistas, apareció la esposa del candidato -Susana Higuchi- para disculparle, porque había tenido una intoxicación ocasionada por consumo de bacalao.

Un debate inevitable

Amable y tranquila, la señora Fujimori no pudo impedir que varios periodistas criticaran duramente la situación, si bien otros señalaron el hecho como parte de una "estrategia oriental" del político novato, mientras su contrincante muestra las cartas electorales.

En un panorama nuevo, en el que ya no son nueve sino dos candidatos que disputan la presidencia nacional, proliferan los análisis y las explicaciones sobre la derrota de los partidos y de los políticos tradicionales en las generales del pasado 8 de abril.

De paso, las recomendaciones para que el descalabro ocasionado en las filas vargallosistas sea superado -el novelista, después de una campaña electoral de prácticamente dos años, mantiene ahora con Fujimori casi un empate en el sondeo extraoficial- se multiplican buscando una explicación rápida y feliz.

Los lastres y equívocos son variados, acrecentados después de los resultados por ataques racistas y también en contra de los sectores protestantes que apoyan a Fujimori. Mientras, el debate postergado durante la primera vuelta, se ha hecho indispensable, lo mismo que el acercamiento al electorado si se quiere llegar a la victoria.

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