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El Frente Nacional resucita el antisemitismo

La extrema derecha francesa impulsa una campaña contra una supuesta "ofensiva judía" de 1989

El Frente Nacional (FN) francés se inclina progresivamente hacia el antisemitismo, que se manifiesta tanto en las declaraciones del cineasta y ex eurodiputado Claude Autant-Lara, como en las denuncias de la Internacional Judía hechas este verano por el líder del partido, Jean-Marie Le Pen. Siete años después de su fundación para luchar prioritariamente contra la inmigración árabe magrebí, el antisemitismo tradicional de la extrema derecha gana fuerza en un movimiento en cuyas filas Le Pen se vanagloriaba hasta hace poco de contar con militantes judíos.

Le Pen ha calificado de "totalmente criticables" las referencias de Autant-Lara a Simone Veil, pero no ha censurado el resto de las manifestaciones antisemitas del cineasta a la revista Globe, en las que explicaba su adhesión al FN por ser el único defensor de Francia y "de la cultura nacional". "La izquierda actual", añadía, "está dominada por la judería cinematográfica internacional, por el cosmopolitismo y por el internacionalismo". "Cuando se miran las cosas un poco de cerca, se ve que que estamos atiborrados de historias, de mentiras... Auschwitz...".El conflicto del convento carmelita de Auschwitz ha servido, precisamente, a la prensa próxima al FN para denunciar una supuesta "ofensiva judía del verano de 1989", campaña en la que ha participado el propio Le Pen. A propósito del convento instalado en el antiguo campo de concentración nazi, el periódico Présent, próximo al FN, se enfrentaba a principios de agosto a "las exigencias del judaísmo, que crecen sin límites, explotando la debilidad de las reacciones católicas". El día 11, Le Pen acusaba en una entrevista a "la internacional judía" de minar la patria y de crear "un espíritu antinacional", junto a la masonería y la Trilateral, en una referencia a las "fuerzas que intentan establecer una ideología mundialista, reductora, igualitaria". Présent publicó también un reportaje de tres capítulos sobre el convento de Auschwitz en el que se refería a "la permanencia, la reiteración y la amplificación de las mentiras" a que se dedican, decía, "las organizaciones judías y sus enviados".

"El combate final"

Por su parte, el semanario National Hebdo, ex órgano del FN y dirigido aún por uno de sus líderes, ha presentado el conflicto de Auschwitz como "el combate final" de la "guerra metafísica y metapolítica que mantienen, desde hace dos milenios, el judaísmo y el cristianismo". En su último número de agosto, el semanario ratificaba los temores de Le Pen al afirmar en portada que "la internacional judía existe", basándose en una supuesta entrevista inédita a Nahum Goldmann, antiguo presidente del Congreso Mundial Judío, declaraciones formuladas hace ocho años, ya que fueron difundidas por la primera cadena de la televisión francesa en 1981.

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La "lucha contra el cosmopolitismo" y la denuncia del "expansionismo judío", además del musulmán, forman parte de la nueva doctrina de la exclusión que el Frente Nacional ha sacado a la luz en la Universidad de Verano del partido celebrada a finales de agosto en la localidad de La Baule. El principal teórico de esta doctrina es Yvon Blot, que se pasó en la pasada primavera al FN procedente del partido neogaullista RPR y fue elegido en junio eurodiputado en la lista de Le Pen. Blot es, además, presidente de honor del Club de Morloge, círculo de reflexión de extrema derecha del que proceden también los dirigentes en alza del FN, como Bruno Mégret o Jean-Yves Le Gallou.

En el año del bicentenario y de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, Blot sostuvo en La Baule que "el igualitarismo" constituye "la característica esencial del totalitarismo" moderno; éste, según el antiguo diputado chiraquiano, procede de la Revolución Francesa y se expresa en el socialismo y la socialdemocracia y "en la ideología de los derechos humanos a base de cosmopolitismo". Aunque reconoce el "declive marxista", Blot sostiene que "el nuevo eslogan" del igualitarismo es "el de la lucha contra la exclusión", que en Francia se traduce básicamente en los esfuerzos para integrar a las minorías inmigrantes. La lucha contra la exclusión es una de las preocupaciones del presidente de la República, François Mitterrand, y y de los dirigentes socialistas.

Bajo pretexto de ayudar a los excluidos", afirma el nuevo ideólogo de Le Pen, "se crea un nuevo pretexto para justificar la intrusión del Estado en la vida privada de los ciudadanos, para aumentar los impuestos, liberar a los criminales, tolerar la inmigración salvaje". Esta política "totalitaria" es, afirma, "una máquina de guerra contra todas las instituciones claves de nuestra civilización: la familia, la propiedad y la nación".

Algunos analistas consideran que este strip-tease ideológico del partido de Le Pen se produce como consecuencia del período de tranquilidad electoral que vivirá Francia hasta las legislativas de 1993. Al no existir ninguna próxima cita electoral, el FN a no necesita vender una imagen de respetabilidad que Le Pen se esforzó en cuidar, después diel desgraciado juego de palabras "Durafour crématoire" pronunciado hace un año, en el que relacionaba el nombre de un ministro con los hornos crematorios nazis y que provocó una crisísen el propio partido.

El FN perdió parte de su cota más alta de votos (cerca del 15% en las elecciones presidenciales de abril de 1988), pero en las últímas elecciones europeas Le Pen confirmó, con un 11,73% y 10 diputados, que su movimiento es una fuerza estable en la escena política francesa.

La derivación hacia el antisemitismo del FN, junto a las nuevas doctrinas que se afianzan en su seno, recuerda la política de exclusión del régimen colaboracionista de Pétain, que entregó miles de judíos franceses a los ocupantes nazis.

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