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GIRO HISTÓRICO EN EL ESTE

Temor en Checoslovaquia a la represión de disidentes en el 21º aniversario de la invasión

ENVIADO ESPECIALEl régimen checoslovaco prepara una acción de violencia represiva contra la oposición con motivo del 21º aniversario de la invasión de las tropas del Pacto de Varsovia, que se cumple mañana. En medios disidentes existe la certeza de que el partido comunista está decidido a provocar graves incidentes para justificar el aplastamiento de manifestaciones pacíficas convocadas para conmemorar el final de la Primavera de Praga. "Se quieren utilizar métodos chinos", según los pocos opositores que han optado por permanecer en Praga.

Carta 77 ha recomendado absoluta tranquilidad para evitar muertes, que, según opinión generalizada de la oposición, la dirección ortodoxa de Praga está dispuesta a provocar. Uno de los muchos signos alarmantes es la comunicación hecha a las embajadas en Praga para que recomienden a periodistas y turistas que no acudan al centro hoy y mañana, "porque el Gobierno checoslovaco no puede garantizar su seguridad".

La oposición cuenta con información sobre la instalación de hospitales de urgencia en los túneles del metro cercanos a la plaza de San Wenceslao. Corren todo tipo de rumores por la capital sobre el posible asesinato de algún policía por provocadores de la seguridad del Estado como desencadenante de la operación de castigo.

Jiri Hajek, el que fuera ministro de Asuntos Exteriores bajo Alexander Dubcek, ha declarado a EL PAÍS que, "bajo la presión de la aceleración de las reformas de Polonia, el régimen se halla en estado de pánico". Según Hajek, "la gran manifestación de agosto pasado cogió por sorpresa a la dirección del partido. "Por ello preveo ahora una acción muy violenta producto de la histeria de la cúpula del partido. Ésta ha aumentado con las declaraciones de condena de la invasión de Varsovia y Budapest", añadió.

El ex ministro reformista se reunió la semana pasada con Alexander Dubcek, que estuvo en Praga. Ambos coincidieron en que "aquellos de la dirección actual que podían haber cambiado sinceramente hacia posiciones similares a las de Gorbachov han perdido ya la oportunidad de hacerlo, diciendo la verdad sobre el 68", concluyó Hajek, quien estaba en su casa de la ciudad jardín de Praga esperando ser detenido en cualquier momento. "Llámeme si quiere estos días, pero no le garantizo que esté en casa", se despidió de este enviado especial.

La capital checoslovaca se encuentra tomada por fuerzas policiales, reforzadas con 20.000 hombres traídos de provincias. Centenares de policías de paisano controlan a los transeúntes en la calle, y desde pisos céntricos filman a grupos de personas. Desde hace varios días, más de 70 personas hacen un paseo en fila y completo silencio por la calle Na Prikope.

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