Las elecciones de Polonia, una prueba para la democratización del Este

Las elecciones que se celebran el domingo en Polonia, que marcan una drástica ruptura con 40 años de monopolio comunista en el poder político, han despertado muy diversas reacciones en los países socialistas aliados con Varsovia. En todos existe la convicción de que la suerte del proceso democratizador de Polonia, el mayor Estado del Pacto de Varsovia después de la URSS, tendrá graves repercusiones, tanto si tiene éxito como si sucumbe.

Desde el aplauso sincero del poder hasta la oposición de la República Democrática Alemana y Checoslovaquia, las posturas difieren según la actitud de cada proceso polaco cuyo éxito podría convertirlo en ejemplo para la reforma soviética, y cuyo fracaso, sin embargo, haría del mismo un arma de las fuerzas inmovilistas. Los meses siguientes a las elecciones serán la prueba de fuego para esta evolución única en el Este abierta en Polonia.Si Varsovia no logra hacerse con ayudas occidentales, créditos nuevos, paralización del servicio de la deuda, inversiones en la industria y una mejora en el abastecimiento de la población- las tensiones sociales inevitablemente emergentes podrían hacer fracasar el modelo de transición ahora implantado. Esto afectaría a todo el proceso democratizador del Este.

Algunos estados aliados de Polonia añoran en silencio que esto ocurra para poder presentar a sus pueblos un ejemplo disuasorio. Berlín Este, Praga y Bucarest se han hecho muy escaso eco de la campaña electoral Polaca, que se celebra con una libertad de expresión que niegan a sus propios ciudadanos.

La pugna entre comunistas, Solidaridad y otros grupos independientes, aunque sólo sea por un porcentaje prefijado de los 461 escaños en la cámara baja y la totalidad del centenar de senadores, sólo podría fomentar el agravio comparativo al que ya se ven sometidos alemanes orientales, checoslovacos y rumanos frente a polacos y húngaros.

Dramática situación económica

Dado que estos tres regímenes hostiles a las reformas son conscientes de que sus poblaciones están informadas, por emisoras occidentales, polacas, húngaras o soviéticas, del proceso democratizador en curso, han optado por resaltar la dramática situación económica vinculándola a la evolución política.Tras unas elecciones en la RDA con listas cerradas y el habitual resultado desde los tiempos estalinistas de más del 98% de votos de apoyo a los candidatos oficiales y únicos, en Berlín no existe el menor interés por presentar la espectacular novedad que para un régimen socialista supone una confrontación electoral de candidatos comunistas e independientes. Neues DeutschIand, órgano oficial del Partido Socialista Unificado (SED), pone mayor interés en informar sobre "actividades antisocialistas" de grupos de jóvenes polacos y sobre la grave situación del suministro en Polonia.

Para Checoslovaquia y Rumanía, las elecciones polacas son igualmente incómodas. En Praga, los grupos independientes disidentes que están surgiendo sin cesar desde las movilizaciones populares de agosto y enero pasados, multiplican sus expresiones de apoyo a las vías polaca y húngara y solicitan un diálogo entre poder y oposición inspirado en la "mesa redonda" de Varsovia. Ésta se ha convertido ya en modelo para un proceso de democratización consensuado para todas las fuerzas de oposición en el este de Europa. También en Hungría, los grupos independientes han solicitado la convocatoria de un foro semejante, aún sin éxito.