Trágica secuela de una dictadura
Regresan a Buenos Aires dos hijos de -una mujer 'desaparecida' que fueron llevados a Paraguay por un policía durante el régimen militar argentino
Los mellizos Miara, dos niños de 12 años, hijos de una mujer desaparecida durante la última dictadura argentina, tomados y llevados a Paraguay por un policía y su mujer, que afirman ser los padres, han llegado a Buenos Aires. Tras una batalla legal que duró varios años, Paraguay concedió la extiradición a Argentina de Samuel Miara, el policía acusado de la apropiación de los mellizos y de haberlos inscrito con su nombre en el registro civil argentino.
El vuelo 705 de Aerolíneas Argentinas de Asunción a Buenos Aires, con escala en Corrientes, fue testigo el miércoles de un capítulo más de las secuelas trágicas de la dictadura que padeció Argentina entre 1976 y 1983. En el fondo del avión viajaban el ex comisario policial, su esposa y dos gemelos rubios de 12 años, muy bien vestidos, que miran por la ventanilla y parecen disfrutar del viaje en avión. Podrían pasar por una familia acomodada en viaje de placer, si no fuese por los policías de Interpol que les acompañan y el revuelo que provoca la presencia de los Miara entre varias docenas de periodistas que regresan a Buenos Aires después de cubrir las elecciones paraguayas.Según abundantes indicios, los gemelos son hijos de Adalberto Rosetti y Liliana Ross y nacieron el 22 de abril de 1977 en la cárcel de Olmos. Su madre era una estudiante, militante peronista, que fue secuestrada cuando estaba a punto de concluir sus estudios de graduada social y a su marido le faltaba una asignatura para terminar Derecho. Liliana engrosó las listas de desaparecidos de la dictadura. Adalberto tuvo que huir al exilio.
Tras la caída de la dictadura, el padre y las abuelas de los mellizos recibieron indicaciones sobre su paradero e iniciaron las acciones judiciales para recuperarlos. Todo parece indicar que el matrimonio Miara se apropió de los niños de la estudiante desaparecida y los inscribió bajo su nombre, como si los hubiese parido la mujer del comisario. Ante la presión judicial y el temor de tener que someterse a una prueba hemogenética para determinar la auténtica paternidad, los Miara se refugiaron en el Paraguay del dictador Alfredo Stroessner. Según fuentes diplomáticas, allí el ex comisario Miara contó con la protección de colegas paraguayos y puso un negocio de zapatería.
Extradición de los Miara
Durante años la justicia extradicionista negó la extradición de los Miara, solicitada por Argentina, y no valieron de nada las gestiones diplomáticas para conseguir la entrega de los sospechosos de apropiación de menores y falsificación de inscripción en el registro civil. La caída de Stroessner dio alas al procedimiento de extradición. Aunque en el último minuto Miara consiguió una decisión de la Corte Suprema paraguaya para diferir el viaje de los gemelos, él tenía que someterse al proceso de extradición. A última hora, los Miara decidieron viajar con los niños y afrontar de una vez a la justicia, que deberá aclarar la paternidad y decidir sobre el futuro de los gemelos.,Recientes sucesos con niños devueltos demuestran que ni el mismísimo Salomón conseguiría un veredicto capaz de salvar los traumas y restañar las heridas abiertas por estos casos. Según informaciones recibidas por este periódico de sacerdotes paraguayos que conocen a los Miara, los gemelos se sienten identificados con quienes consideran sus padres, con los que vivieron todos estos años, y se preguntan qué quiere "ese señor" que los reclama. "Ese señor" es, según todos los indicios, el padre auténtico de los niños, el marido de la madre desaparecida.
Sobre el papel de Miara en la dictadura hay informaciones poco claras. En el avión de regreso a Argentina Miara respondió a este periódico que "he sido policía desde los 19 años" y se limita a presentarse como un profesional. En el diario de izquierda Página 12 de ayer se cita, sólo con la inicial de su apellido, a una ex presa que asegura que durante su detención "uno de los represores era Samuel Miara. Él fue quien me violó. Yo estaba en la sala de tortura. Estuvo mucho tiempo conmigo y en el transcurso de esta situación mostró una personalidad perversa".
En el avión que le llevaba de vuelta a Argentina Miara dijo que "lo importante aquí es lo que quieran los niños, porque ellos son dos personas, tienen inteligencia y son personas. Ellos son seres humanos y, tanto que ahora se aplica el término derechos humanos, interpreto que mis hijos también tienen derechos". Según Miara, "todo esto no lo provoco yo, sino esa gente, a la que no le interesa para nada el estado de salud mental de los niños".
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