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El Gobierno y el M-19 seguirán negociando en Bogotá

La guerrilla del Movimiento 19 de Abril (M-19) y el Gobierno colombiano coincidieron en que los asesinatos políticos constituyen hoy "la primera limitación de la democracia colombiana", y acordaron discutir una solución a este problema en una mesa de trabajo a la que se sumarán los partidos políticos esta misma semana en Bogotá. Éste fue el principal acuerdo alcanzado en la reunión celebrada por representantes de la guerrilla y del Gobierno en México. La Unión Patriótica (UP), de inspiración comunista, decidió retirarse de los diálogos de paz.

Los representantes de UP no estarán presentes en la mesa de trabajo que se iniciará esta semana y en las que liberales, conservadores, Gobierno y guerrilleros empezarán a negociar con miras a la desmovilización del movimiento insurgente. En esta forma la UP protesta por el asesinato de José Antequera, joven dirigente acribillado el pasado viernes. En el atentado, que ocurrió en el aeropuerto internacional de Bogotá, resultó gravemente herido el candidato liberal a la presidencia, Ernesto Samper Pizano. El pronóstico sobre la salud del senador liberal era hasta ayer reservado."Sólo regresaremos al proceso de paz cuando el Gobierno demuestre su voluntad de desmovilizar los grupos paramilitares", afirmaron dirigentes de la UP. Aunque es explicable su actitud, muchos afirman que con ella simplemente le están haciendo el juego a la ultraderecha en su intento de torpedear la paz.

El acuerdo alcanzado en México fue leído por el número dos del M-19, Antonio Navarro Wolf, después de siete horas de conversaciones con el asesor gubernamental para la paz, Rafael Pardo. La mesa de trabajo estará inicialmente constituida por representantes del Gobierno, del M-19 y de los partidos con representación parlamentaria, pero se espera que se sumen a ella otros grupos guerrilleros y asociaciones civiles. El proyecto final es la apertura de un amplio diálogo nacional para eliminar las causas de una violencia endémica que provoca en el país 10.000 muertos al año.

Los participantes en la reunión de México decidieron que el primer tema de la mesa de trabajo sea el de la violencia política que "propone bloquear el anhelo y decisión del pueblo a una solución negociada del conflicto". Gobierno y M-19, consideran que la alternativa de una solución pacífica de la crisis colombiana "permanece abierta" pese a la voluntad contraria de algunos sectores.

Las dos partes animaron a las demás organizaciones guerrilleras a sumarse al diálogo abierto con la firma el pasado 10 de enero de un acuerdo entre Rafael Pardo y el líder del M-19, Carlos Pizarro. Consideraron como "un paso positivo" en este sentido el cese del fuego unilateral decretado por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la guerrilla más numerosa y antigua del país.

El asesinato de José Antequera prueba, sin embargo, lo peligrosa que resultaría la integración de los alzados en armas en la vida política legal del país. Ayer se siguieron escuchando en todo el país, y provenientes de todos los sectores, reclamaciones al Gobierno para que ponga tregua a la acción de los violentos. "El Gobierno está en hora de tomar medidas tan enérgicas como exigentes", dice el editorial de El Tiempo en su edición del domingo.

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La UP, en carta enviada ayer al jefe del Estado, le propone decretar un fuero especial para los miembros de las fuerzas armadas que desen brindar información confidencial sobre los grupos paramilitares. En la misma carta la UP pregunta al primer mandatario qué medidas ha tomado la Policía Nacional y el Ejército para capturar a González y Gacha, uno de los grandes narcotraficantes que ha sido señalado en varias oportunidades como el poder detrás de los paramilitares. Se indaga también por un alcalde y dos militares a quienes se les dictó hace ya varios meses auto de detención, aunque curiosamente no han sido detenidos. Al primero se le acusa de ser promotor de grupos paramilitares, y al segundo, del asesinato de un líder político.

El entierro de Antequera

El cadáver de José Antequera permanecerá hasta hoy en la capilla ardiente en la sede del Consejo de Bogotá. Los copartidarios montan guardia permanentemente al ataúd, ubicado en medio de un salón lleno de pancartas en que se lee: "No más asesinatos en Colombia". A mediodía de hoy se realizarán sus exequias. El Partido Comunista y la Unión Patriótica hicieron un llamamiento para que el desfile mortuorio se convierta en una marcha de todos los colombianos que quieran la reconciliación. Al entierro fueron invitados dirigentes políticos liberales y conservadores.

La marcha se iniciará en la plaza de Bolívar, a una cuadra de la Casa de Gobierno, y ternunara en un parque-cementerio al norte de la capital. Se hantomado estrictas medidas de seguridad para evitar disturbios. En el fin de semana se presentaron varios mítines en Bogotá, Medellín, Barranquilla y poblaciones de la región de Urabá.

¿Por qué no se han tomado medidas para desenmascarar grupos paramilitares?, es la pregunta que Colombia entera se hace. El ex presidente liberal Carlos Lleras Restrepo, en su último escrito, asegura que se alarma al saber cómo ciudadanos "tenidos hasta ahora como respetables crean que es lícito ir más allá de la autodefensa personal para contratar sicarios y comprometer al Ejército y a la policía en acciones inadmisibles".

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