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Un foso contra los 'espaldas mojadas'

EE UU proyecta una barrera contra la emigración ilegal de México

Antonio Caño

La noticia de que Estados Unidos tiene planes para construir un foso que separe una parte de la frontera con México para reducir el flujo de emigrantes ilegales (conocidos como espaldas mojadas, que llegan a EE UU cruzando a nado el río Grande) ha provocado una fuerte reacción antinorteamericana en México. Portavoces políticos han calificado el proyecto como gesto inamistoso que dificultaría las relaciones bilaterales, mientras los medios de comunicación comparan la medida con la construcción del muro de Berlín.

La Prensa mexicana atribuye el proyecto a las autoridades de emigración de Estados Unidos, y añade que en estos momentos está siendo discutido en el Congreso norteamericano. Según las fuentes mexicanas, las dimensiones del foso no han sido todavía decididas, pero sí el lugar de su emplazamiento, en un punto conocido como Mesa de Otay, cerca de la ciudad de San Isidro, en la frontera de los Estados de California de ambos países, también próxima a Tijuana.El portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Charles Redrnan, confirmó el viernes que existen planes para construir un foso de seis kilómetros a lo largo de la frontera sur, y añadió que de esa manera se piensa reducir hasta el 80% del tráfico ¡legal entre vehículos y personas.

Primera fase

Los datos ofrecidos en México aseguran que los planes del Gobierno son finalizar la construcción de una primera fase del foso, todo él de hormigón, en los próximos meses. El proyecto de las autoridades migratorias norteamericanas, según se ha informado aquí, es el de extender la zanja hasta más de 300 kilómetros durante los próximos años, aunque el presu puesto para ello asciende a más de 500 millones de dólares al año.

Las fuentes citadas por la Prensa mexicana añaden que el Gobierno de Estados Unidos está estudiando otras medidas radicales para cortar el cruce de emigrantes ¡legales en toda esta área.

Entre ellas se ha mencionado la construcción de un muro de cemento de siete metros de altura, además de una instalación de sistemas electrónicos o la combinación de fosos y muros en distintas zonas.

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La Embajada de Estados Unidos en México ha hecho pública una nota oficial en la que asegura que los objetivos del foso serían "resolver problemas de desagüe, evitar el cruce ilegal de vehículos y aumentar la seguridad de los viajeros".

La representación diplomática de Estados Unidos afirma que este proyecto está todavía en fase de discusión y que, en cualquier caso, afectaría sólo mínimamen te a los ¡legales que cruzan a pie, y que son la mayoría de los casos.

A lo largo del año pasado cruzaron la frontera por el punto de la Mesa de Otay 1.200.000 emigrantes ¡legales, de los cuales sólo una tercera parte fueron detenidos por los servicios de vigilancia fronteriza.

En los últimos meses, las autoridades norteamericanas han detectado en ese área el paso de 1.500 vehículos ilegales.

Fuentes norteamericanas han declarado asimismo que la construcción de la zanja cuenta con la aprobación del Gobierno mexicano.

A este respecto, la Secretaría de Relaciones Exteriores de México ha hecho también pública una declaración en la que sostiene que el Gobierno norteamericano sólo informó al de México de la intención de construir una zanja de "entre tres y cuatro metros de ancho y metro y medio de profundidad", que sería utilizada para desagüe, pero que en ningún momento se le explicó "que hubiera la intención de utilizar esa construcción con fines de control migratorio".

El Gobierno mexicano ha dado instrucciones a sus funcionarios para que recaben información sobre los verdaderos planes de Estados Unidos.

Gesto hostil

Mientras tanto, la presidenta del comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados de México, Guadalupe Gómez, calificó este proyecto como un gesto "hostil".El líder de la misma comisión en el Senado advirtió que será perjudicial para las relaciones entre los dos países.

La Cámara de Comercio México-Estados Unidos, que el viernes pasado se reunió con el presidente mexicano, Carlos Salinas de Gortari, manifestó que la medida sería una mala manera de empezar por parte de la Administración del recién incorporado George Bush.

Un portavoz de la oposición, el diputado Ling Altamirano, ha dicho que el proyecto recuerda la política fronteriza entre las dos Alemanias.

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