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Nueva crisis entre Hungría y Rumanía

Hungría y Rumanía, dos estado vecinos y aliados en el Pacto de Varsovia, están al borde de la ruptura de relaciones diplomáticas, tras un grave incidente acaecido el lunes pasado en Bucarest, en el que un diplomático húngaro fue arrestado por supuesta actividad propagandista antirrumana. La escalada de la tensión entre estos dos países socialistas adquirió ayer un grave cariz de consecuencias imprevisibles para toda la comunidad de países socialistas.El primer ministro y secretario del partido comunista húngaro, Karoly Grosz, que ha permanecido dos días en visita oficial en España, declaró en una conferencia de prensa con el presidente del Gobierno español Felipe González en la Moncloa que "las provocaciones" procedentes de Bucarest ponen en peligro la buena vecindad. Grosz no explicó entonces a que se refería.

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Según las fuentes consultadas, el agregado comercial húngaro en Bucarest fue interceptado el lunes pasado en plena capital rumana por cuatro coches de la policía cuando llevaba a casa a su sirvienta, una ciudadana rumana de origen húngaro. El trato represivo del régimen del presidente Nicolae Ceaucescu hacia la minoría húngara en Rumanía ha provocado una grave tensión entre estos dos países, sin precedentes entre dos aliados en la comunidad socialista.

El diplomático húngaro fue acusado de arrojar octavillas "antirrumanas" en las calles de Bucarest y, ante su negativa de salir de su automóvil, fue transportado con una grúa hasta una comisaría en la capital rumana, de donde no pudo salir hasta las seis de la mañana siguiente. Las protestas húngaras y sus alusiones a la Comvención de Viena sobre protección de personal diplomático no sirvieron de nada.

La policía rumana acusó inicialmente de "ladrón" al diplomático. Poco después, el régimen rumano acusó al agregado comercial de distribuir propaganda antirrumana por las calles de Bucarest.

El Gobierno húngaro, cuyo primer ministro Karoly Grosz, concluyó ayer una visita oficial a Madrid, se halla a la espera de consultar con sus aliados, especialmente con la Unión Soviética, para adoptar medidas. En medios políticos de Budapest, consultados por EL PAÍS, no se excluye que el incidente suponga la inminente ruptura de relaciones diplomáticas entre ambos paises.

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"La situación es insostenible. Están forzando una escalada en sus provocaciones", manifestaron estas fuentes. Ambos gobiernos han intercambiado durísimas notas oficiales de protesta, aunque han mantenido un total mutismo hasta ahora sobre el caso.

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