Walesa convence de nuevo a los sectores más radicales para que no hagan huelgas

El líder del sindicato ilegal polaco Solidaridad, Lech Walesa, ha logrado una vez más convencer a los sectores más radicales de la oposición obrera para que no inicien huelgas. No obstante podría ser la última vez que el líder histórico de Solidaridad puede ejercer esa influencia, que se ha visto muy debilitada con la falta de reacción de la oposición al anuncio del cierre de los astilleros Lenin de Gdansk.Walesa y el ala moderada del sindicato se hallan debilitados tanto ante el Gobierno de Mieczyslaw Rakowski, que se ha apuntado un éxito en su estrategia para marginar a la oposición organizada, como ante los sectores cada vez mas radicalizados entre los jóvenes obreros.

El propio Walesa se ha manifestado muy preocupado ante una probable radicalización de los sindicatos ilegales si el Gobierno no muestra mayor flexibilidad en las cuestiones más conflictivas que han impedido hasta ahora el comienzo de la mesa redonda de negociación entre Gobierno y oposición.

Ante un grupo de periodistas, Walesa dijo que si el Gobierno no adopta una postura más flexible sobre el pluralismo sindical, puede llegar pronto el momento en que él pierda toda influencia sobre los trabajadores, cada vez más impacientes. Walesa ya ha sufrido un deterioro de su imagen ante jóvenes trabajadores a los que convenció en agosto para que pusieran fin a las huelgas con el argumento de que pronto se entablaría el diálogo entre el Gobierno y oposición sobre pluralismo sindical. Esto no ha sucedido. El breve encierro de cerca de medio millar de jóvenes trabajadores en el astillero del Vístula de Gdansk, desobedeciendo sus consignas, son un nuevo indicio de que pronto el líder sindical podría perder el control.