Un abuelo cariñoso
EL PAÍS, George Hitchings, de 83 años, es padre de dos hijos y abuelo de cinco nietos, y su primera declaración se refirió a ellos: "Es maravilloso para mi familia", dijo ayer. "Estoy más satisfecho por mis descendientes que por mí mismo". Hitchings, junto a Elion, estudió la diferencia en el metabolismo del ácido nucleico entre las células sanas y las cancerosas, al tiempo que buscaban vías para bloquear de forma selectiva el crecimiento de las células cancerosas.
"Tengo muchos premios", dijo también el nuevo premio Nobel, "pero lo más importante para mí ha sido encontrarme con los pacientes cuya vida ha sido salvada o cuyos hijos se han curado con los medicamentos que he descubierto".
Tras señalar que cuando empezó sus investigaciones, la esperanza de vida de niños con leucemia aguda era de tres meses, subrayó: "Ahora, el 80% se cura, y eso es maravilloso".
Hitchings nació en 1905, en la localidad de Hoquiam, en el Estado de Washington. En 1942 entró como bioquímico en la empresa Burroughs Wellcome, donde fue sucesivamente director de investigación, vicepresidente y posteriormente director del departamento de investigación desde 1968. Paralelamente enseñó farmacología en la universidad de Brown, de 1968 a 1980, y después en la de Duke, desde 1970. También fue profesor en la universidad de Carolina del Norte y de Chapel Hill desde 1972. Ha dado clases igualmente en el extranjero, en Corea del Sur, en Pakistán, Irán, Japón, la India y África del, Sur. Es miembro de numerosas academias y asociaciones.
Premiado por su trabajos sobre quimioterapia, Hitchings ha recibido numerosos honores, entre ellos el premio de la Fundación Gairdner, en Canadá; la medalla Gregor Mendel, de Checoslovaquia; el Premio Cameron, de la universidad de Edimburgo, y el premio anual de la Sociedad Americana del Cáncer por sus trabajos científicos. Es autor de más de 200 artículos y reside en Durham, en Carolina del Norte.
