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Entrevista:

Leslie Manigat: "Mi Gobierno no gustaba en el Pentágono"

El ex presidente de Haití realiza una gira europea en busca de apoyo político

"De entre las estadounidenses que tuvieron reservas con mi Gobierno de centro izquierda, yo destacaría la actitud del Pentágono. De esta manera contestó ayer a EL PAÍS Leslie François Manigat, de 57 años, ex presidente de Haití, derrocado por un golpe militar el pasado 19 de junio. El antiguo mandatario de la isla caribeña realiza una gira por varios países europeos con el propósito de conseguir apoyo político para su causa, con el patrocinio de sus correligionarios democristianos.

Pregunta. ¿Ha llegado a sentirse víctima de una guerra entre clanes militares enfrentados durante los cinco meses de su mandato?Respuesta. No. Una víctima, no. La situación era la siguiente. Había un grupo militar fiel a su sentir autoritario tradicional, que decía apoyar la democracia pero solamente de manera verbal, y otro contingente de oficiales fieles a mi Gobierno, con apoyo civil, que era partidario de democratizar y cambiar el país pese a la resistencia de los primeros.

P. Usted ha declarado que es imposible llevar cualquier plan adelante en Haití sin el concurso de los militares.

R. Sí, sí. Esto es una realidad.

P. En tal caso, como dirigente político decidido a reorganizar las fuerzas políticas de oposición, ¿mantiene contactos con militares afines a su puntos de vista?

R. Debe comprender que no quiera contestar a esa pregunta. Pero he de decirle que, después de 130 días en el poder, una gran parte del Ejército, más de lo que la gente pueda creer, está a favor de la democracia, en cuanto esto supone un cambio político y el respeto a los derechos humanos e, incluso, es favorable a la democratización de las Fuerzas Armadas. Por ejemplo, la destitución del general Henri Namphy fue aceptada por la mayoría de los oficiales de mi país.

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P. ¿Cómo se explica la colaboración entre todos los militares a raíz de su derrocamiento, incluso entre enemigos declarados como Namphy y el coronel Jean-Claude Paul?

R. Es un reflejo. El Ejército de Haití quedó traumatizado por el enfrentamiento armado que se produjo el 25 de mayo de 1957. Desde entonces se ha evitado un derramamiento de sangre entre militares. Además, Namphy ha sabido utili zar el espíritu corporativista militar y oponerlo a la sociedad civil, que reclama el poder en una sociedad democrática.

P. ¿Existe la posibilidad de que regresara Jean-Claude Duvalier en la nueva situación?

R. No, no lo creo. Pese a que yo mismo he vivido la connivencia entre algunos militares y duvalieristas. Otra cosa es que la dictadura permita a estos últimos elementos hacerse con parcelas del poder. Es posible que en el futuro hubiera un duvalierismo sin Duvalier. Sus partidarios vuelven a los altos cargos.

P. Usted ha declarado que algunas instituciones de EE UU no le veían con buenos ojos. ¿Cuáles son?

R. Yo no tengo ninguna prueba que me permita afirmar que la Administración norteamericana haya desempeñado un papel fundamental en la crisis y el posterior golpe militar en mi país. Sin embargo, sí me consta que la institución más preocupada y a la que disgustó mi llegada al Gobierno era el Pentágono, porque temía que con la democratización el Ejército perdiera su papel en nuestro sistema político. Es un hecho que los cuatro militares que tomaron la iniciativa del golpe son pronorteamericanos.

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