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FRANCIA ELIGE PARLAMENTO

La larga marcha de los socialistas hacia la hegemonía

Lluís Bassets

La noticia histórica de la jornada de ayer, ampliamente esperada, era la consolidación del Partido Socialista (PS) como enorme bloque político hegemónico, capaz de estabilizar una larga presencia en el poder.Al final no fue para tanto, pero no por ello deja de ser cierto que el socialismo francés se halla en constante progresión electoral desde su reconstitución, en 1969, sobre las cenizas de la vieja Sección Francesa de la Internacional Obrera (SFIO), bajo el nombre de Partido Socialista. En la primera vuelta de las primeras elecciones legislativas celebradas después de la constitución del nuevo partido, en marzo de 1973, consiguió ya unos buenos resultados, con poco más del 20%. de los sufragios, pero fue superado en más de un punto por el Partido Comunista Francés (PCF), con el que había firmado el programa común de gobierno.

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En 1978, el PS, con el 22,5% en la primera vuelta, superó ya en dos puntos al PCF, pero ambas fuerzas seguían avanzando en número de escaños en la Asamblea Nacional. Las elecciones de la llegada al poder, las de 1981, convocadas por Mitterrand justo después de su primera elección como presidente de la República, dieron a los socialistas el 37,5% de sufragios en la primera vuelta, mientras que los comunistas tuvieron que conformarse con el 16,7%, en la primera inflexión hacia abajo realmente significativa de su historia.

En la segunda vuelta, que lógicarnente amplifica las victorias y las derrotas, al concentrar los votos sobre los candidatos mejor situados, proporcionó en 1981 un 49,2% al PS, que avanzaba en 162 escaños, y un 6,9% al PCF, que retrocedía 42. El Gobierno formado inmediatamente después daba entrada a ministros comunistas, en lo que luego se ha considerado como el abrazo mortal de Mitterrand a los socios situados más a su izquierda. En las legislativas de 1981, celebradas en la inercia de la elección de Mitterrand como presidente, el PS obtuvo ya el mejor resultado de la historia y se instalaba como primera fuerza política, situación que este partido no perdió en 1986, a la hora de la reacción conservadora a los cinco años de socialismo a la francesa.

El modelo alemán

Las elecciones de 1986, con sufragio proporcional a una vuelta y listas cerradas, dieron la víctoría a la coalición conservadora entre la Asamblea para la República (RPR) y la Unión para la Democracia Francesa (UDF), pero consolidaron la fuerza del Partido Socialista como primer partido de Francia. Su 31% de votos permitió, gracias al sistema proporcional, una fuerte presencia de diputados socialistas en la Asamblea Nacional, a costa de dar una importante representación parlamentaría al Frente Na cional, situado en igualdad con el partido comunista en un porcen taje próximo al 10%.

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El PS empezó su trayectoria en los setenta, marcado a su izquierda por la fuerza del comunismo. Dos modelos estaban en pugna: por un lado, el italiano, con un gran partido comunista hegemónico en la izquierda, y un pequeño partido socialista, pren sado por la tendencia al "compromiso histórico" entre comunistas y democristianos, e impulsado finalmente a coligarse con el centro y la derecha.

Por el otro lado, el modelo alemán, con el socialismo como única representación de la izquierda. Este modelo, incluida la posibilidad de un partido centris ta como bisagra, se ha impuesto finalmente, en una lenta evolución en la que el socialismo ha crecido a expensas del PCF. Lo Ajustado del resultado de la primera vuelta no altera en lo esencial este análisis.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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