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El voto secreto pone en peligro al Gobierno de Goria

Juan Arias

El voto secreto en el Parlamento italiano de la importante ley de Presupuestos del Estado, que se está llevando a cabo artículo por artículo, pone en peligro la estabilidad del Gobierno del primer ministro, el democristiano Giovanni Goria. Gracias al voto secreto, el Gobierno italiano ha sido repetidamente derrotado en las últimas semanas y obligado a volver a proponer las leyes no aprobadas, con un voto de confianza a mano alzada.Hay, pues, un centenar de diputados de la mayoría del Gobierno -intregrada por democristianos, socialistas, socialdemócratas, republicanos y liberales- que, amparados en el secreto del voto, ponen en crisis al Gabinete Goria. Hace sólo unos días, el secretario del Partido Socialista, Bettino Craxi, confió a este corresponsal: "La situación política italiana se está haciendo málditamente complicada". Y no le faltaba razón, a la luz de lo que está ocurriendo en el Parlamento.

El Gobierno hubiese ya caído varias veces si los secretarios democristiano, Ciriaco de Mita, y socialista, Bettino Craxi, no hubiesen hecho un pacto de mantener con vida el agonizante Gabinete para llegar a la aprobación final de la ley de Presupuestos.

Pero, a pesar de tales esfuerzos, la crisis se ha ido agravando día tras día. El ex ministro del Interior Oscar Luigi Scalfaro confesó el miércoles: "Soy diputado desde hace 42 años y no tengo memoria histórica de una jornada como ésta". Tras haber sido una vez más derrotado el Gobierno en el importante capítulo sobre la Sanidad, el caos fue tal que, por vez primera desde que es presidenta del Parlamento, la comunista Nilde lotti tuvo que abandonar la sala y suspender la sesión, al no poder hablar en medio del griterío. Mientras tanto, Goria corría a informar al jefe del Estado, Francesco Cossiga.

La oposición gritaba a Goria para que dimitiera. Craxi confesaba que aquello "era una locura" y, amenazador, afirmaba que si en el voto secreto final de toda la ley de Presupuestos los famosos francotiradores -que, según él, son todos democristianos del grupo de Giulio Andreotti- hiciesen que fuera derrotada la propuesta del Gabinete, no solamente se abriría de inmediato la crisis de Gobierno sino que habría que disolver el Parlamento y volver a las urnas. Sin embargo, Goria, tras su entrevista con Cossiga, anunció que su Gobierno no dimitirá al menos antes de que se apruebe la ley. Y que posteriormente sería convocada una reunión de los secretarios de los cinco partidos que integran la mayoría para buscar una clarificación de la situación política.

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