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Lluís Llach, "el más francés de los cantantes catalanes", presenta en París su último disco

Lluís Bassets

"El más francés de todos los cantantes catalanes". Así define un semanario parisiense a Lluís Llach, que empezó ayer por la tarde una serie de recitales en el Théàtre de la Ville, con motivo de la presentación de su último disco, Astres, en Francia. A la tanda parisiense, que durará hasta el 16 de enero, le seguirá una serie de recitales en distintas ciudades francesas, Bruselas y Suiza. Desde hace 12 años Llach es un asiduo de este teatro, donde actúa prácticamente cada dos años. Sus recitales se celebran en sesión de tarde, ante el telón bajado sobre los decorados de La zapatera prodigiosa, de García Lorca, que se representa a continuación, en sesión de noche.Lluís Llach no se considera vinculado, sin embargo, con la moda española que invade París esta temporada. "Hace dos años coincidí con Julio Iglesias y ahora coincido con otros, pero mi presencia aquí no tiene nada que ver con modas, sino con la fidelidad de mis amigos, que me piden que venga a París", dice el cantante. "Quizá la moda española y la colaboración cultural quieren servir para que la gente se olvide de otras formas de cooperación, la que se produce entre los ministerios del Interior francés y español, que ha terminado con una tradición francesa tan importante como el derecho de asilo".

Nuevo disco

La interpretación de Astres en París llega un poco tarde, según Llach. El Théàtre de la Ville programa con mucha antelación, y Astres tiene ya más de un año de vida, por lo que Llach reconoce que tiene la cabeza en otra parte, concretamente en el nuevo disco que está preparando. "Estoy en el momento en que hay que contar, como actividad importante para mí, la vulgaridad y la intimidad del acto de componer", explica. No quiere decir qué esta haciendo exactamente, pero adelanta que desea centrar los temas de sus canciones en personas concretas. "Gente a la que quiero", afirma, "aunque no voy a explicitarlo ni a dar nombres propios, pues quiero hacer canciones en que se personifiquen los temas de las letras aunque no se digan expresamente".La música sobre la que trabaja actualmente es muy sencilla y austera. Lee poemas de escritores griegos contemporáneos y magrebíes del siglo XVII y XVIII, en busca de la inspiración mediterránea. "La relación entre el hombre y la naturaleza es lo que más me interesa", asegura. "La poesía catalana suele ser excesivamente urbana, el campo y la naturaleza no son observados como parte del hombre, donde tiene sus raíces, sino como algo alejado y escindido".

Llach no quiere ni oír hablar de la política cultural y menos de política de la cançó, "porque no existe tal política, no interesa", y se le nota todavía dolido por la polémica desencadenada por la política de subvenciones de la Generalitat. "El problema es que sólo tres o cuatro cantantes catalanes vivimos de la canción, mientras que hay como mínimo 10 con calidad suficiente para vivir de su trabajo artístico. ¿Es lógico que Ovidi MontIlor o Quico Pi de la Serra tengan problemas? Hablar de política cultural es hacer un favor a quienes no desean que exista esta política. No tienen ninguna política, ninguna".

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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