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Los arquitectos barceloneses analizaron el edificio de su sede

Los problemas que planteó la construcción del edificio que alberga el Colegio de Arquitectos de Barcelona y las intervenciones posteriores para la adecuación de sus instalaciones a las necesidades que han surgido con el tiempo, fueron los temas que centraron el coloquio que el pasado viernes se celebró en dicho colegio, dentro de los actos que se vienen desarrollando para conmemorar el 25º aniversario de la inauguración de la sede.Entre los participantes en el coloquio se encontraban el arquitecto Xavier Busquets, autor del proyecto del edificio; el decano del colegio cuando en 1955 se decidió iniciar las gestiones para dotarse de una nueva sede, Manuel de Solà-Morales; arquitectos que en un momento u otro de su historia se han encargado de proyectos de reforma de las dependencias. También intervino el actual decano, Agustí Borrell, y Jesep Roselló, que ha proyectado el edificio anejo, a construir en la calle Arcs, cuya primera piedra será colocada la próxima semana. Esta nueva construcción albergará la biblioteca de arquitectura del colegio y el archivo histórico.

Xavier Busquets se refirió en su breve intervención a la petición que hizo a Pablo Picasso para que realizase los dibujos de los plafones exteriores, donde se ve esgrafiado sobre hormigón un belén. "Conocía a Picasso", explicó Busquets, "y en una visita le pedí que me hiciese los dibujos. Le dije que varios artistas, entre ellos Joan Miró, se habían ofrecido para realizar los plafones que decoran el interior, y Picasso me dijo: 'Ya te haré yo el Miró". La decoración de los plafones acentuó el carácter rupturista de la edificación y echó más leña al fiego de la polémica que levantó la construcción de un edificio moderno en el centro histórico ce la ciudad y ante la catedral.

Coherente

A este respecto, Manuel de Solà-Morales señaló que para valorar un edificio "hay que situarlo en su lugar y su momento, independientemente de las tendencias y gustos; ver el cumplimiento de su lógica interna, la función para la que ha sido diseñado; la sensibilidad y dignidad del lenguaje arquitectónico utilizado, y la vinculación del edificio con el ámbito urbano". Solá-Morales se mosxó convencido de que 25 años después, el edificio de Xavier Busquets es coherente con estas premisas.Josep Martorell, autor del primer proyecto de reforma de la cuarta planta del edificio, señaló que "es bueno para la arquitectura que se vayan destruyendo las cosas y quitarse cierto romanticismo conservacionista".

El arquitecto Cristian Cirici afirmó que "si el Colegio de Arquitectos ha sido respetado como institución en una época como la del franquismo, es por este edificio y el lugar donde se encuentra, en el centro institucional de Barcelona", opinión compartida por Agustí Borrell, quien resumió la labor de proyección social del colegio en "ser una plataforma para las actividades culturales y ciudadanas".

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