La orquesta transfigurada
Orquesta Sinfónica de RTVE.
Hace 10 años, Herbert von Karajan, en su condición de gran mito, mitificó a su vez a una joven violinista alemana de 13 años llamada Anne-Sophie Mutter. Cabe pensar, entonces, en la varita mágica de los maestros-símbolos. No hay tal; sucede que esos músicos excepcionales, cuando descubren, aciertan. Ahora, Anne-Sophie, con sus 24 años, está instalada ya en el gran cuadro de la violinística contemporánea.Hay que decir enseguida que en el Concierto en re, de Brahms, la Mutter brilló con luces casi cegadoras, pero tuvo a su lado a Ros Marbá, un maestro en el más riguroso y exigente sentido del término. La Orquesta de la RTVE parecía transfigurada en este nuevo encuentro con el que fuera uno de sus directores fundacionales. De pronto, algunos descubrieron las posibilidades de la centuria radiotelevisiva, que, una vez más, se encuentra en un momento crítico, que debe resolverse en marcha ascensional y continua. La espléndida labor de Ros Marbá lució intensamente en la Segunda sinfonía de Sibelius. No es obra fácil la del músico finlandés, pero, en todo caso, Ros Marbá obtuvo de la RTVE innumerables bellezas, calidades sutiles, hermosas densidades, expresividad lírica y procesos fenomenológicos capaces de resaltar cuantos valores contiene la sinfonía.
Director: Antoni Ros Marbá. Solista: Anne-Sophie Mutter. Obras: Brahms y Sibelius. Teatro Real, 3 de diciembre. Madrid.
En cuanto al Brahms de la Mutter y Ros Marbá, sonó con equilibrada suntuosidad, calculado intimismo, lúcida exposición y un virtuosismo que en manos de la Mutter y su prodigioso Stradivarius nos llegaba como algo fácil, natural y vivamente espontáneo.
Crear materia sonora
Crear materia sonora y poseer un pensamiento musical definido, visto y realizado con seguridad, constituye la base de un artista maduro. Anne-Sophie Mutter lo es, a pesar de su talante juvenil, o, para ser más exactos, enriqueciéndolo con esa joven vitalidad sobre cuya expansión se impone la mesura, sobre cuyo arrebato domina el rigor clásico.Por momentos, Anne-Sophie nos evocaba las grandes consecuciones de Grumiaux, la elegancia de Stern, la temperatura de Suk, el encanto irresistible de la Neveu. Como todo arte grande, el de la Mutter hereda y sintetiza para plantar muy firmemente su propia característica. El éxito fue desbordante, y ante las interminables aclamaciones la concertista alemana ofreció un Bach limpio y expresivo a la vez, trabajado desde un sentimiento dinámico que le otorgó nuevos y precisos valores.
En resumen, una jornada de triunfo para la solista fuera de serie, el maestro en plenitud de sus dones y la Orquesta de RTVE, una orquesta transfigurada.
