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LOS LÍMITES DE LA 'PERESTROIKA'

"Boris Nikolaievich, tus ambiciones te han turbado"

Pilar Bonet

"Debo decir, Boris Nikolaievich, que tus ambiciones te han turbado, te han turbado mucho", exclamó Mijail Gorbachov dirigiéndose a Boris Eltsin, el defenestrado jefe del partido en Moscú, en la única ocasión en que el máximo dirigente utilizó el nombre de pila y el patronímico en la sesión del comité municipal del partido celebrada el miércoles. Un relato sin precedentes en su género de esta sesión aparecía ayer en tres páginas de un número limitado de diarios soviéticos. Su tono y el implacable fustigamiento de Eltsin recordaban a lectores soviéticos el lenguaje utilizado durante las purgas estalinistas de los años treinta.

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Un golpe premeditado por la espalda

Ninguno de los dirigentes jubilados, que se distinguieron por su adhesión a Leónidas Breznev, ha sido objeto público de los ataques y las críticas que ayer podían leerse contra Eltsin, de 56 años, considerado hasta hace poco como uno de los más destacados defensores de la perestroika y la lucha contra la corrupción."En los últimos tiempos se ha formado una de las principales cualidades de mi personalidad. Es Ia ambición de la que han hablado hoy. He intentado luchar contra ella pero, por desgracia, sin éxito", dijo Eltsin tras el vapuleo verbal al que le sometieron sus colaboradores en la organización municipal, y el propio Gorbachov.

"Soy muy culpable frente a la organización moscovita del partido, soy muy culpable ante el comité municipal del partido, ante vosotros, claro, ante el Buró y, claro, soy muy culpable ante Mijail Sergueievich Gorbachov, cuya autoridad es tan alta en nuestra organización, en nuestro país y en todo el mundo", afirmó Eltsin, según la versión oficial. Éste aceptó las acusaciones que se le hicieron, pero dijo creer en la perestroika y en la "victoria" de ésta. "Y aquí no debe haber ninguna duda. Ante vosotros, comunistas con los que he trabajado dos años en la organización del partido, lo declaro con honradez absoluta. Y cualquier comportamiento mío, que contradiga esta declaración, por supuesto, debe conducir a la exclusión del partido".

Eltsin reconoció haber cometido "una falta táctica" en la forma elegida para decir a sus superiores que "no se me daba bien la perestroika". Sólo una cosa no reconoció Eltsin, el reproche de no tener cariño a Moscú y a los moscovitas.

Todas las acusaciones que se le hicieron, desde bonapartismo, a demagogia e inmadurez política, estuvieron basadas en un trabajo que hasta hace poco parecía irreprochable al frente de la organización del partido de la capital y en una intervención oral ante el Pleno del Comité Central del 21 de octubre que ha sido rebatida sin ser dada a conocer. Ésta fue "inmadura", "extremadamente equivocada", "contradictoria" y "no contenía ninguna propuesta constructiva", según el máximo líder soviético.

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"Inmoralidad"

Gorbachov acusó a Eltsin de "demagógico", de "poner sus ambiciones personales por encima del partido", de "irresponsabilidad", "inmoralidad" y de dañar con su comportamiento "lo que más necesitamos ahora: la unión de todas las fuerzas, la movilización de todas las posibilidades para solventar los temas concretos de la perestroika". Eltsin "debilitó" la dirección de la organización municipal y el trabajo con los cuadros, y durante su mandato la situación en la capital empeoró, según dijo Gorbachov. Las "frases seudorrevolucionarias" y la "seudoaudacia" caracterizaban, según Gorbachov, el estilo y métodos de Eltsin. "La vida ha mostrado que sólo podía pronunciar consignas y llamamientos, y cuando llegó la hora de apoyar las palabras con actos concretos, apareció la incapacidad, la agitación y los estados de pánico", afirmó Gorbachov.El líder dijo haber estado al tanto de la intención de dimitir de Eltsin antes del Pleno del Comité Central del 21 de octubre y haber recibido una carta suya durante las vacaciones. En esta carta, Eltsin le pedía que decidiera sobre su permanencia en el Politburó como miembro suplente) y al frente de la organización municipal. A su vuelta de vacaciones, Gorbachov conversó con Eltsin y "decidirnos que no era momento de debatir esta cuestión y que todo lo discutiríamos después de fiestas".

"Sin embargo, Eltsin, violando la ética del partido y meramente humana decidió presentar la cuestión directamente ante el Pleno dejando de lado el Politburó", dijo Gorbachov, que calificó de "absurda" y "en desacuerdo con la realidad" la alegación de Eltsin sobre la "falta de apoyo del secretariado" del Comité Central del PCUS. Gorbachov no mencionó que Eltsin había criticado a Egor Ligachov y había hecho una alusión al culto a la personalidad en su intervención en el Pleno.

Según Gorbachov, Eltsin presentó de "forma tergiversada" el trabajo y la situación en el Politburó y, en primer lugar, las cuestiones que afectaban a los principios de la colegialidad". Reprochó a Eltsin el deseo de "distinguirse" y señaló que éste había sido objeto de advertencias en el pasado en el Politburó -antes del Pleno de enero de 1987- y en una conversación personal "enconada y franca" entre ambos. "En vísperas del Pleno de enero, y en el mismo Pleno del Comité Central ya te corregimos a fondo", dijo.

"Cualidades positivas"

Gorbachov reconoció "cualidades positivas" en Eltsin y señaló que "su enfoque crítico ante las insuficiencias, sus decididas afirmaciones de superar rápidamente los problemas acumulados" provocaron "una determinada comprensión y apoyo de los trabajadores".Sin embargo, bajo su influencia, la dirección del comité municipal del partido trató de conseguir los cambios necesarios "de golpe y porrazo, con presión, con gritos., con métodos puramente administrativos". Viendo que las cosas "no mejoraban, sino que incluso empeoraban, Eltsin intentó cargar la responsabilidad por sus propios grandes fallos en el trabajo de los demás, y sobre todo en los cuadros dirigentes", señaló Gorbachov.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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