_
_
_
_
_

La feria del toro

La feria de Valdemorillo se acredita feria del toro. El toro con trapío ha salído en la presente edición -como en las anteriores-, lo mismo en las corridas que en las novilladas, incluída la que se corrió sin caballos. Por eso la afición de Madrid se vuelca allí y abarrota la plaza.En estas circunstancias, naturalmente, las corridas tienen emoción. Brillantez, ya menos, pues ni los toros de Valdemoríllo suelen ser esos dechados de boyantía que reclama el arte, ni los toreros están placeados, pues la tarde que contratan en Valdemorillo es, justamente, la primera de la temporada.

Se entregan, sin embargo, los toreros, como si estuvieran en el mismisimo ruedo de Las Ventas, y así hicieron ayer. Gallito de Zafra estuvo especialmente valeroso, y en el quinto, un torazo de romana y además con un pajazo en un ojo, sufrió una voltereta espeluznante. Lo había recibido con un afarolado de rodillas, de pie ciñó suaves verónicas del delantal, y en una de ellas sobrevino la cogida.

Ramajo / Carmona, Gallito de Zafra, Cancela

Toros de Ramajo hermanos, con trapío. Lázaro Carmona: silencio en los dos. Gallito de Zafra: oreja; aviso y vuelta. Luis Cancela: silencio; dos orejas.Plaza de Valdemorillo, 8 de febrero. Quinta y última corrida de feria.

Afortunadamente no hubo cornada, sólo el batacazo, las erosiones, una herida en la ceja. Y continuó tan decidido como antes del percance, porfiando ante la. mansedumbre y catadura incierta de la res. Al segundo lo toreó mejor, especialmente al natural, cuando, avanzada la faena, encontró la distancia, echó adelante la flámula, se traía toreado al toro, cargaba la suerte, lo templaba,en un recorrido largo.

Torero de empaque

La distancia -aquella que requiere cada embestida- es lo que no acabó de encontrar Lázaro Carmona en sus dos toros, que exhibieron manejabilidad suficiente para. hacerles faenas. Faenas de las que sabe instrumentar Carmona, uno de los diestros en activo que interpretan las suertes con mayor empaque. Una muestra de esta aptitud singular la dio en el par de tandas en redondo que ejecutó en su primero; no más, pues a continuación le ahogaba la embestida, y lo mismo hizo en el quinto.Cancela hubo de pechar con un toro reservón, que no embestía aunque le pisara los terrenos, y tuvo su compensación con la nobleza del sexto, al que dio trincherazos y ligó buenas tandas de naturailes, bien abrochadas con los de pecho. Tuvo mérito. Todos los toreros que se anuncian en Valdemorillo tienen mérito, pues saben que allí les saldrá el toro con redaños, y lo aceptan.

Cuando el toro-torazo que sale en Valdemorillo derrota las tablas, el empujón repercute en la estructura de la plaza, sacúde el tendido y los espectadores oscilan sobre el retiemblo de los asientos. Los novatos se asustan, pobres; en cambio, algunos avispados; veteranos aprovechan para dejarse caer sobre la vecina, como quien no quiere la cosa. Se pasa bien y calentito.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_