Un sueño vertical
Arquitecto, urbanista, pintor y escultor, Charles-Édouard Jeanneret, conocido como Le Corbusier, formó parte del grupo de artistas de vanguardia de poscubistas. Viajero incansable, recorrió medio mundo, lápiz en mano, asimilando toda la tradición arquitectónica, especialmente mediterránea.
De familia de artistas y grabadores, en 1917 se instaló en París y colaboró con el pintor Ozenfant, con quien fundó el movimiento purista y la revista Esprit Nouveau. En 1921 inauguró su famoso estudio de la calle de Sèvres, donde continuó hasta su muerte y por el que pasaron cerca de 200 jóvenes arquitectos de todo el mundo. Su actividad se fue centrando en la arquitectura y el urbanismo sin abándonar nunca la pintura.
Considerado como el Picasso de la arquitectura por su fiebre creadora y su sorprendente actividad, sus proyectos de rascacielos y sus teorías sobre la construcción de altura, reflejadas en el edificio de las Naciones Unidas de Nueva York, fueron considerados como un sueño vertical.
La evolución de la idea de rascacielos en Le Corbusier atraviesa tres momentos arquitectónicos y casi filosóficos: el rascacielos crucíforme; la construcción en Y o Pata de pollo y el rascacielos en forma de lente, aplicado este último con diversas variantes desde 1937 hasta su muerte en 1965.