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Juan Luis Cebrián publica 'La rusa', "una historia de amor que es también un 'thriller"

La rusa, de Juan Luis Cebrián, es, de acuerdo con su autor, "una novela que, como toda historia de amor, es también un thriller". La obra, editada por Alfaguara, fue presentada ayer, víspera de la Feria del Libro de Madrid, ante un grupo de críticos literarios y de periodistas. En el transcurso de la presentación, Cebrián señaló que escribió el libro "porque me divertía hacerlo" y porque sintió la necesidad de "contar cosas que yo creía que la gente debe saber".

La rusa es una historia de amor en la que un personaje de la España de la transición vive una experiencia política y policiaca que el autor presenta como intriga circunstancial con el objetivo explícito de "agarrar al lector y que no te abandone en la página 30". El libro, de 205 páginas, ha sido publicado por la editorial Alfaguara en una colección literaria que inaugura Cebrián y que seguirá con títulos del británico William Boyd y del norteamericano David Galloway. La colección, que se une a Alfaguara Literaria y a Nueva Ficción, se presenta como Alfaguara Diagonal.Juan Luis Cebrián, director de EL PAÍS y presidente del Instituto Internacional de Prensa, publicó ensayos como La España que bosteza (Taurus, 1980), La Prensa en la calle (Nuestra Cultura, 1980), Qué pasa en el mundo (Salvat, 1981) y Crónicas de mi país (Ediciones El País, 1985). Ha escrito su primera novela como un ejercicio que le apetecía y como una manera de responder a dos retos. El autor de La rusa declara: "Los periodistas, y sobre todo los directores de periódicos, estamos, demasiado metidos en una vida ajetreada que nos distrae de la afición literaria; esto va en contra de nuestro modo de ver las cosas". Además, Cebrián cree que a la novela española le hace falta un proceso de modernización "que le haga posible acercarse a temas actuales, a la novela urbana, porque la ficción que se sigue haciendo en España responde a temas históricos que no se refieren a la realidad que nos toca".

Ambas convicciones llevaron a Juan Luis Cebrián a hacer "una novela de nuestro tiempo, urbana, en la que una trama seudopoliciaca al estilo de los thrillers sirviera para contar una historia de amor". ¿Y no hay peligro de que la presencia de una trama política y policiaca de nuestro tiempo oculte en parte los contornos de esa historia amorosa? "No, porque es un thriller y una historia de amor y, además, porque toda historia de, amor es al fin y al cabo un thriller". La pasión por la acción como hilo conductor de esta narración hacen que el libro aparezca, dijo Cebrián, "como un guión de cine. En parte he pensado este libro como una película". En el curso de la conversación con los críticos, Cebrián confesó que él estaría dispuesto "no sólo a dirigir la película resultante de La rusa sino", dijo riendo, "a protagonizarla".

El poder

La novela narra la vida de un personaje situado en los aledaños del poder en la época de la transición. "No es autobiográfica ni yo me identifico con el personaje que la protagoniza". Está narrada a dos voces -un hombre y una mujer hablan en primera persona en capítulos alternativos de la novela- y en principio fue pensada para ser puramente la historia de la mujer que comparte en La rusa las peripecias del protagonista. Como telón de fondo está presente la ETA, sobre cuyos militantes perseguidos negocia el protagonista. "La ETA es accesoria en la novela. No es una historia sobre ETA. Ese es un telón de fondo para narrar un conflicto sentimental y la historia de un hombre que, como otros de su generación, llega a lo que se llama el poder y se da cuenta de que el poder no es aquello que él pensó que podía controlar. Sobre todo ello aparece una historia amorosa que es la que yo he querido poner en evidencia".

Cebrián descarta algunas y acepta otras influencias literarias. Cita entre estas últimas las de Albert Camus ("en mi tiempo el existencialismo se leía de tapadillo, y nos influyó mucho"), la de Max Frisch ("por su acercamiento a la realidad del hombre") y la de Graham Greene ("un maestro de la novela de intriga que es también en cierto modo un existencialista católico").

El autor de La rusa está convencido de que su presencia en la vida pública española como director de un periódico hará que su libro se reciba con un cierto prejuicio. "Sé que quienes van a ser más objetivos con el libro son los jóvenes. En todo caso, lo que yo he querido hacer es defender el derecho que tiene todo el mundo a defender su libertad de publicar cosas, de defender la libertad del creador".

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