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Entrevista:

Agnès Varda: "El espectador es parte activa en mis películas"

La película de Agnès Varda Sans toit ni loi, que se exhibe actualmente en Madrid, ha atraído más de un millón de espectadores en Francia desde su estreno, hace cuatro meses. La directora, francesa de origen belga, considera que el tema de su película ha acertado en plantear una serie de preguntas sobre las jóvenes vagabundas de hoy. El espectador se siente parte activa en la película. "No se le dan juicios hechos ni se le impone un tipo de ideas", dice Varda, "y eso es parte de mi estilo".

Sans toit ni loi recibió el León de Oro del festival de cine de Venecia en 1985. Agnès Varda, menuda, de mirada curiosa y segura, se siente satisfecha con los resultados y la acogida de su último largometraje, realizado casi 10 después del anterior.Pregunta. Desde 1976 no se estrenaba un largometraje de Agnès Varda, aunque sí ha realizado varios cortometrajes. ¿Cuál es el papel de los cortomertajes dentro de su filmografía? ¿Le sirve el cortometraje de reflexión?

Respuesta. Pienso que efectivamente se trata de una especie de reflexión, porque el largometraje, que se distribuirá dentro de un circuito comercial, aunque sea el fruto de una reflexión, es obligatoriamente espectáculo. Se espera siempre que un espectáculo sea más popular, capaz de dar placer, de impresionar, de emocionar a g ente de diversas categorías.

Mis cortometrajes son totalmente libres. Cuando yo hago un cortometraje, que es por lo general el resultado de una inspiración violenta y de una idea, lo hago rápidamente, y no me hago la pregunta de si encontrará aceptación entre el público ni si se podrá distribuir en todo el mundo. Aun si se trata de la financiación, no es difícil encontrar quien te dé el dinero. En Francia hay un comité que da dinero para los cortometrajes. Existe también la televisión, que los compra.

La financiación de los largometrajes es mucho más difícil. Después de 30 años de hacer cine y, tras haber obtenido cierto prestigio, se me considera una especie de bestia negra del cine. Los productores tienen todavía miedo de mis películas, aunque se hayan vendido y distribuido bien. No es tanto por los temas que trato, sino por mi estilo, por mi escritura del cine. Es evidente que yo no favorezco los decorados, la historia, el melodrama, la acción. Trato de describir el escenario de manera que nazcan en el espectador las emociones, las impresiones, las asociaciones, cosas que habitualmente no se le hacen ver en una película. Mi relación con el espectador es muy particular. En mi cine hay siempre lugar para el espectador, para su opinión, para su emoción. No manipulo al espectador. No le digo lo que debe sentir o cómo debe juzgar a los personajes Pienso que esta actitud es aprecia da por el espectador, aunque no por el productor.

P. ¿Cómo surgió Mona, el personaje central de Sin techo ni ley?

R. Mona nació de tres o cuatro emociones fuertes que no son precisamente Mona. La gente que muere de frío. La crueldad de esta muerte. Eso me rebela, me insulta. Me perturba mucho que en nuestro siglo, con todos sus adelantos y organizaciones sociales, haya gente sola, no solo pobres, sino sin nada, que mueren de frío en las calles,

Otro de los elementos que me interesó fue el de la suciedad. Me impresiona cómo la gente, poco a poco, va soportando menos la suciedad. Hay dificultades en el diálogo entre un blanco y un negro, un rico y un pobre, entre un joven y un viejo, pero entre un sucio y un limpio hay un gran abismo. Hay un problema de olor, de asco, de decencia.

El tercer elemento que compone el personaje Mona, junto a los que mueren de frío y a la suciedad, es el de los jóvenes vagabundos sin hogar, sin abrigo. En este sentido estoy más interesada en los jóvenes que en los viejos vagabundos. Además, he observado que hay ya mujeres jóvenes que vagan sin rumbo por los pueblos.

P. Mona es joven y bella. La suciedad de los hombres y las mujeres viejas no conmueve a los personajes de la película. ¿Sólo la combinación de los valores de juventud y belleza con el sentido de la libertad hace pensar a esta gente que la ve pasar?

R. Desde la primera vez que lo vi comprendí que las jóvenes vagabundas son mucho más misteriosas, y te hacen plantearte más preguntas. ¿Que hace allí, totalmente sola, desprotegida? ¿No tiene miedo, no tiene frío? Pensé entonces que era un tema muy nuevo, muy impresionante. Pero quiero hacer hincapié en algo. Para mí Mona no significa la libertad. Significa la rebelión. Para mí es la persona que dice no. No se sabe muy bien hacia dónde va. Para mí la libertad tiene algo de activo. Mona dice: quiero que me dejen en paz. No busca nada, ni siquiera la idea de libertad. Sólo quiere hacer lo que le apetezca en el momento y decir no a todo lo demás.

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