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Afanasiev: "Nos han dicho que no hay ningún ámbito de la URSS excluido de la crítica"

Pilar Bonet

La crítica controlada que Mijail Gorbachov estimula en la URSS ha dejado de ocuparse de los líderes del pasado sin haber Negado a nombrar directamente a los máximos responsables, incluido Leonid Breznev. A partir de ahora ésta se centrará en "lo que impida cumplir las resoluciones del 27º congreso del Partido Comunista de la URSS (PCUS)", según Víctor Afanasiev, director de Pravda (11,5 millones de ejemplares), diario del Comité Central del partido.

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En su despacho moscovita, Víctor Afanasiev, de 64 años y miembro del Comité Central desde 1976, tiene un teléfono directo que le conecta con Gorbachov. A él recurre, dice, cuando las instancias responsables de la Prensa en el Comité Central -el departamento de propaganda que dirige Alexander Iakoviev o, un poco más arriba, el miembro del Politburó Igor Ligachov, responsable de ideología- no pueden resolver la cuestión consultada. "Si antes criticábamos más el pasado para echar las culpas a alguien, ahora ya no tenemos a nadie a quien culpar. En el congreso hemos atravesado una firontera. Ahora hay que cumplir sus decisiones. Ésta es nuestra principal tarea", dice el director de Pravda.

Afanasiev, que tiene aspecto cansado, ha sido llamado al orden desde la tribuna del 27º congreso por Ligachov a causa de un artículo aparecido en febrero donde, a base de culas de los lectores, se atacaba alos comunistas-delincuentes. El artículo, titulado Limpieza, criticaba a los aspirantes al carné del partido en espera de unos eventuales privilegios. Había incluso quien llegaba a proponer purgas periódicas en el PCUS.

Las purgas fueron rechazadas y los privilegios reducidos a facilidades gremiales. Afanassiev cree hoy que lo que se decía en el artículo -"diez cartas de las más fuertes"- sigue siendo válido, pero, dice, "estaba formulado de una manera poco afortunada. Había una generalización no justificada y se podía leer que todo el aparato estaba burocratizado, cuando en realidad se trata de una capa intermedia entre los trabajadores y el Comité Central".

En una reciente reunión con los responsables de los principales medios de comunicación soviéticos, Gorbachov invitó a proseguir la crítica y la mayor transparencia informativa iniciadas con el pleno del Comité Central de abril de 1985, hoy punto de referencia oficial obligado para señalar el cambio de estilo. Según Afanasiev, Gorbachov ha estado de acuerdo en que el artículo de Pravda contenía "una generalización no justificada y una ambigüedad de formulación". "En ningún caso", asegura, "vamos a interrumpir la crítica, que se hará más aguda y profunda". "Realizar las decisiones del congreso", centradas en la aceleración del crecimiento económico, supone ya, según Afanasiev, "una seria lucha", pues "hay gente que está esperando ver cómo acaba la cosa, y algunos no quieren cambios y por eso se van y se irán".

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Entre las cosas que la Prensa soviética debe al pleno de abril está la publicación de los comunicados regulares del Politburó. Se dan a conocer también algunas discusiones del Comité Central y las destituciones de dirigentes en las repúblicas, dice Afanasiev. "Hasta el cosmos se hizo más abierto", agrega, refiriéndose a la publicación anticipada del último vuelo espacial tripulado soviético. "Nos han dicho directamente que no hay ningún ámbito de la URSS excluido de la crítica".

"Yo mismo decido"

"En Pravda, yo mismo decido lo que se puede o no publicar. Tengo también asesores y un consejo de redacción". Durante las cuatro horas que pasó con los directores el pasado 14 de marzo, Gorbachov "dijo una vez más que nuestra obligación como jefes de la redacción es asumir más responsabilidades". Gorbachov se pronunció por la reproducción del lenguaje coloquial tal cual, por el respeto al estilo del autor, "incluso los balbuceos", afirma Afanasiev. El fortalecimiento de la familia fue otro de los puntos expresados por el máximo dirigente a los responsables de la Prensa.

El techo de la crítica personal en la URSS ha alcanzado a dirigentes de rango menor o líderes de la periferia. Sobre la ausencia del nombre de Breznev y de otros importantes líderes, Afanasiev dice que "hay motivos puramente políticos y éticos. Breznev era el jefe del Estado. No hace falta nombrarlo. Cuando se habla de fallos en la economía está claro que se habla de Breznev y de su entorno. No sólo Breznev fue culpable. Tenemos una dirección colectiva y no sería justo nombrar sólo a Breznev".

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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