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Sexto golpe militar en Nigeria en 25 años

Incertidumbre del Gobierno español sobre la suerte del capitán Peciña, encarcelado en Port Harcourt

En medios del Ministerio de Asuntos Exteriores español se manifestaba ayer una incertidumbre, tras el golpe militar en Nigeria, sobre la suerte de José Luis Peciña Martínez de Aguirre, de 56 años y capitán del petrolero Izarra. El capitán Peciña se encuentra en la cárcel federal de Port Harcourt (Nigeria) cumpliendo una condena de 25 años de cárcel por dos delitos de contrabando de gasóleo. Fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores admitieron a este periódico que todas las gestiones que este organismo ha venido realizando ante las autoridades nigerianas, encaminadas a la obtención del indulto pleno del reo, han dejado de tener validez en la nueva situación política del país africano, por lo que éstas deberán reestructurarse en el futuro.

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Fuentes de Asuntos Exteriores, que han llevado las gestiones diplomáticas desde que el capitán fue condenado a muerte el pasado 10 de diciembre por un tribunal militar, indicaron a este periódico la existencia en el Ministerio de una "inquietud" sobre la solución del caso Peciña tras el golpe de Estado en Nigeria. Esta inquietud, unida a las escasas noticias de que ayer disponía el ministerio sobre la línea política de los nuevos dirigentes producía en medios diplomáticos una incertidumbre sobre la suerte del reo español.Las mismas fuentes añadieron que proseguirían las gestiones encaminadas a la obtención de la libertad de Peciña, pero que la diplomacia española tendría que .partir de cero" ante la nueva situación. Estas fuentes admitieron que todas las gestiones llevadas hasta ahora habrían de ser variadas. Sin embargo, aún ayer no había un análisis claro sobre la actuación futura de la diplomacia, española, al carecer de datos precisos sobre la nueva situación.

Las gestiones que hasta ahora había realizado la diplomacia española tuvieron su punto central en el viaje del teniente general Manuel Díez-Alegría, emisario del rey Juan Carlos, que entregó al presidente, ahora derrocado, de la República de Nigeria, Mohamed Buhari, una carta regia en la que se solicitaba el indulto y expulsión del país de José Luis Peciña. Tras la mediación de Díez-Alegría, el Consejo Supremo Militar nigeriano, máximo órgano del régimen ahora derrocado, conmutó el pasado 20 de marzo la pena de muerte impuesta a Peciña por la pena de 25 años de cárcel.

Posteriormente, la diplomacia española orientó sus esfuerzos a obtener la gracia de Mohamed Buhari sobre el preso español. Dos fechas parecían propicias para el indulto: Por un lado, el próximo 1 de octubre, día de la fiesta nacional nigeriana, y por otro, el 31 de diciembre, aniversario de la r evolución que llevó al poder al régimen ahora derrocado. En buena lógica, la fiesta nacional nigeriana se mantiene como fecha posible del indulto, aunque tampoco se descarta la posibilidad de una amnistía de los nuevos dirigentes.

Por otro lado, María Teresa Ruiz de Gordejuela, mujer del capitán, y su hija Teresa, que desde el pasado 15 de agosto se encuentran de nuevo en Port Harcourt, tenían previsto ayer, al igual que todos los martes y viernes, acudir al penal de la ciudad para entrevistarse con Peciña. Puestos en contacto la otra hija de Peciña, Ana, que se encuentra en Bilbao, ésta ,manifestó su "preocupación" por la suerte de su padre.

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Con relación a la situación de la colonia española en Nigeria, un télex enviado por el embajador de España en Lagos, José Luis Fernández de Castillejo, señaló que se encontraba sin novedad.

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