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Tercer día del secuestro del avión de la TWA

EE UU se niega a negociar y moviliza sus fuerzas

, El destructor norteamericano Kidd, lanzamisiles, abandonó apresuradamente en la mañana de ayer el puerto israelí de Haifa con dirección desconocida, presumiblemente hacia Beirut. Quince expertos militares estadounidenses, en uniforme de campaña, subieron a un helicóptero norteamericano en la ciudad chipriota de Larnaca para dirigirse a la capital libanesa. La Casa Blanca afirmó, entre tanto, que Estados Unidos no negociaría con "terroristas", y aconsejó a los demás Gobiernos implicados en el problema que adoptaran la misma postura.

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Los hechos dan cuenta de los esfuerzos desplegados en las últimas horas por las autoridades norteamericanas para obtener, incluso por vía de intervención militar directa, la liberación de los aproximadamente medio centenar de pasajeros y tripulantes estadounidenses del Boeing de la compañía Trans World Airlines (TWA) secuestrado por un comando shií el pasado viernes durante un vuelo Atenas-Roma, aparato que anoche seguía en Beirut.El presidente norteamericano, Ronald Reagan, que interrumpió su descanso semanal en Camp David y regresó urgentemente a Washington, convocó el Consejo de Seguridad Nacional y dijo que a los secuestradores del Boeing 727 de la TWA, "por su propia seguridad, más les vale liberar cuanto antes a sus rehenes". Reagan inició luego una reunión con sus principales colaboradores.

Larry Speakes, portavoz de la Casa Blanca, dijo que "la política norteamericana se opone a hacer concesiones a los terroristas" y añadió que el Gobierno norteamericano "pide a otros Gobiernos que adopten la misma actitud".

El cadáver de un ciudadano norteamericano, presumiblemente miembro de la Infantería de Marina de Estados Unidos -aunque este dato no ha sido confirmado-, que fue arrojado sobre la pista del aeropuerto beirutí el pasado sábado, llegó anoche a la base norteamericana de Torrejón de Ardoz a bordo de un avión miliItar, según informa la agencia Efe.

El hecho, confirmado en Washington, de que entre seis y ocho pasajeros norteamericanos con apellidos judíos fueran segregados del conjunto de los secuestrados el pasado viernes y obligados a abandonar el aparato con dirección desconocida causó conmoción en Israel y potenció las especulaciones en torno a la posibilidad d una intervención militar israelí para poner fin al secuestro.

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Un Gabinete de crisis, com puesto por 10 ministros, fue con vocado, mientras esto ocurría, urgentemente en Tel Aviv para abordar la situación.

A pesar de que las declaraciones oficiales indicaran lo contra rio, fuentes fiables informaron que Estados Unidos, a través de su encargado de negocios en Tel Aviv, pidió al ministro de Defensa israelí, Isaac Rabin, en una entrevista celebrada ayer, la liberación de los shiíes que permanecen aún en poder de Israel.

Canje de prisioneros

Unas manifestaciones sobre este extremo formuladas ayer por Benjamin Natanyahu, embajador de Israel ante la ONU, parecen corroborar la existencia de tal petición. "Acceder ahora a las exigencias de los secuestradores significaría fortalecer sus posiciones y mostrar debilidad", dijo Natanyahu.

El representante señaló, no obstante, la existencia de un plan israelí, anterior al secuestro, orientado a liberar a unos 700 shiíes libaneses que permanecen encarcelados en una prisión del norte de Israel, después de ser capturados por el Ejército israelí, Tsahal, el pasado mes de abril, en la zona de Al Ansar, al sur de Líbano.

"No debemos negociar con los secuestradores bajo anienazas", dijo Natanyahu, cuyo hermano, Yoni Natanyahu, murió en el aeropuerto de Entebbe, en Uganda, durante el secuestro de un avión israelí desviado al aeropuerto ugandés por un grupo de secuestradores, en julio de 1976.

Sin embargo, informa Víctor Cigyelman desde Tel Aviv, los argumentos israelíes para negarse a liberar a los shiíes apresados pierden fuerza por el reciente canje de 1.150 combatientes shiíes apresados por Istael a cambio de tres milítares israelíes. Ello se produjo tri el curso de un proceso de normalización emprendido por el Gabinete Peres, que incluía la realización de gestos de concordia hacia los shiíes, cuando culminaba la retirada israelí del sur de Líbano. "Israel carece ahora de toda justificación moral para exigir a terceros países un comportamiento valeroso e intransigente respecto a chantajes terroristas", según manifestó Ariel Marari, experto israelí en cuestiones terroristas.

Se cree que los secuestradores se avendrán a poner a los aproximadamente 48 rehenes en libertad si la liberación de los 700 shiíes, prevista por Israel, se consuma.

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