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Crítica:FLAMENCO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Matilde Coral, la apoteosis del baile

Matilde Coral desató los bravos y los recibió emocionada, abrazando a su marido, Rafael, El Negro. Los dos habían hecho un baile sensacional, con el buen toque de Domínguez y el cante de Romerito -que estuvo eminente- y Fernández atrás. El más grande triunfo de la cumbre.También triunfó la otra bailaora, La Tati. Por bulerías hace gala de una versatilidad y una capacidad de invención extraordinarias. Si en Matilde primaba el baile de cintura para arriba, La Tati es , un verdadero demonio con los pies. Hay algo que no me gusta: su abuso de ciertos gestos un tanto chulescos, integrados en la estética del baile, muy corrientes en los tablaos; debería afinar eso.

Buen cante en una noche que cerró muy dignamente esta segunda edición de la cumbre. Chaquetón dio todo lo que un cantaor puede dar: entrega, conocimiento de los estilos, corazón de una vez, pero también cerebro, voz. Su cante por El Mellizo nos transportó literamente al templo. No se oía ni una mosca; por alegrías, por soleá, por bulerías, magistral.

'Cumbre' flamenca entre El Mellizo y La Perla

Cante: Rancapinos; Vicente Soto; Miguel, El Rubio; Chaquetón. Toque: Parrilla de Jerez, Luis Habichuela, Tomatito, Paco Cortés. Baile: Matilde Coral y Rafael, El Negro, con Romerito y Juan Fernández al cante y Mariano Domínguez al toque; La Tati con su grupo. Teatro Alcalá Palace. Madrid, 28 de abril.

Rancapinos tuvo una noche de aciertos, brillando su cante roto en esa voz bronca, afillá. Cantó por derecho, sin las concesiones que le hemos visto en ocasiones; por soleares, singularmente, arriesgó hasta el límite. El cante de Rancapinos es el cante que duele, que tira gañafones al alma.

Vicente Soto, en su línea habitual de buen hacer, con sentido, con conocimiento de los cantes, aunque no siempre a la temperatura emocional deseable. Por tientos me pareció irregular, enmendándose por seguiriyas, por fandangos (hizo dos de manera excelente, uno de su padre, Sordera, y otro de Manuel Torres) y por bulerías.

Miguel, El Rubio, a quien nunca había oído antes, hizo un cante extraño, con tercios distorsionados, sin jondura, con dos series de fandangos personales creación de su padre. Muy buenos los tocaores. Manuel Parrilla, con su estilo característico, tan jerezano, no pudo extenderse, pues es guitarrista para actuaciones más largas. Luis Habichuela y Paco Cortés, excelentes, sirviendo ejemplarmente al cante. Tomatito tuvo actuación en concierto y acompañando al cante. En ambas estuvo brillante, extraordinario, demostrando su gran calidad. En concierto le sobraron los acompañantes, pues su toque en solitario es mucho más jondo y rico; acompañando al cante, sencillamente fabuloso y superando totalmente al cantaor que le correspondió.

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