_
_
_
_
_

Decepción de los extranjeros y satisfacción de los españoles al final de Arco 85

Una gran decepción entre los extranjeros y satisfacción entre la mayor parte de los españoles fue la tónica con la que los galeristas se despidieron el miércoles de la cuarta edición de la feria internacional de arte contemporáneo Arco 85. Si en cuanto a nivel artístico y visitantes (se estima que 120.000 personas han pasado por el certamen), el balance se considera positivo, las escasas ventas han provocado el hecho de que algunos participantes anuncien ya que éste ha sido su último año en la feria de Madrid

Dos horas antes de que las puertas del palacio de Cristal, de la Casa de Campo, se cerraran hasta el próximo año, los participantes de la actual edición iniciaban ya la recogida de sus pinturas y esculturas. El balance del certamen será dado a conocer en los próximos días.Los españoles que han arriesgado su espacio a un solo artista se manifestaban, en general, satisfechos con los resultados. En Fernando Vijande se habían vendido siete obras grandes de Luis Gordillo -medio millón de pesetas la más barata- además de 11 dibujos de este mismo artista por 45.000 pesetas cada uno. En Juan Gris, el pintor José Luis Fajardo había vendido 14 cuadros cuyo precio medio está en las 150.000 pesetas. En Egam podían verse todas las obras de Alfonso Albacete con un punto rojo. Igual satisfacción se respiraba en Moriarty, donde El Hortelano ha sido su estrella única, o en Alengon, cuya selección de artistas ha gozado de la atención de los coleccionistas.

Pero esta sensación de triunfo no se respiraba en todas las galerías españolas. En Manuela Vilches, cuyas paredes estaban cubiertas con obra de Diego Santos, sólo se habían vendido dos pinturas de bajo precio. "De todas formas, estoy contento", decía el propio artista, "porque me han surgido ofertas para exponer en una galería alemana y en otra portuguesa, y el intercambio de información ha sido muy intenso." Este aspecto fue subrayado por muchos.

No volverán

En las galerías extranjeras el panorama era muy diferente, si se exceptúa a algunos italianos (Toselli, Pari i Dispari) o franceses (Maeght Lelong o Denis René). Los galeristas norteamericanos que han traído a esta edición de la feria la novedad del grafito no habían conseguido vender ni una sola pieza, salvo la inevitable obra gráfica. En Sidney Janis, donde el grafito más barato costaba 2.500 dólares (462.500 pesetas) y el más caro 10.000 (1.850.000 pesetas), la encargada de la galería aseguraba que, "dados los resultados, no volverán el próximo año, pese a que ellos no han tenido gastos especiales, porque han sido invitados por la organización".

Esta atención preferente ha sido mal acogida tanto entre los galeristas españoles como extranjeros, ya que, como señala Miguel Fernández Braso, de la galería Juan Gris, "la presencia en una feria exige arriesgarse, y no se puede evitar ese riesgo sólo a unos cuantos, cuya aportación artística no parece ser superior."

Pero la peor parte la han sufrido los alemanes, que han traído pintura y escultura conceptual. Ya la feria se abrió sin la presencia de cinco galeristas que estaban incluidos en la relación de participantes: Lietzow, Silvia Menzel, Poll, Wewerka y Wollenschlaeger. Rainer Wehr, uno de los galeristas que sí han venido este año, pero que asegura que no lo hará el próximo, explica que "la decisión de no participar de estos galeristas se debe a que el pasado año la organización de Arco les prometió que los museos de arte contemporáneo españoles organizarían una exposición colectiva de pintura alemana contemporánea. No se hizo nada de esto, y este año han acordado no venir".

Brigitte March, miembro del comité organizador del certamen, anuncia también que éste ha sido su último año. Señala que no se han cumplido las promesas de realizar exposiciones del arte contemporáneo alemán y el interés de museos españoles. "Al final no se ha hecho nada de esto, y no me parece serio.

Entre los compradores de última hora se encontraba el director de Cultura de la Comunidad de Madrid, José Miguel Hernández de León, quien adquirió un tríptico de Juan Navarro Baldeweg por 450.000 pesetas en Ariadne y aseguró que disponía de 2,5 millones para adquisiciones de lo que será la futura sala de arte contemporáneo de la comunidad autónoma.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_