La desorientación de las proteínas
Ernest Noble, director del Centro de Investigaciones sobre el Alcoholismo de la Universidad de California en Los Ángeles, señala que las investigaciones han demostrado,cómo las paredes o membranas de las neuronas están formadas por icebergs de proteínas flotando en un océano de grasa o lípidos. Las proteínas le dan a las células su estructura. Una vez que los neurotransmisores alcanzan el receptor apropiado, liberan partículas cargadas denominadas iones, los cuales se deslizan a través de la membrana, pasando por los canales entre los icebergs. El cambio en la carga eléctrica conduce al disparo de un nuevo impulso eléctrico dentro de la neurona.Noble afirma que normalmente la grasa es un tanto fluida y las proteínas pueden moverse lígeramente, pero que con el alcohol, siendo éste disolvente, la fluidez de la grasa aumenta y los icebergs de proteínas se desorientan y los canales se rompen.
"Estos cambios explicarían los efectos depresivos en el sistema nervioso central, con fuertes dosis de alcohol", comenta Noble. "Algunas personas se sienten somnolientas o deprimidas y otras pierden la consciencia".
Después de una ingestión prolongada de alcohol, sin embargo, las membranas se adaptan, según Noble, y su rigidez es mayor de lo normal, a medida que los océanos de grasa, como reacción, se hacen más densos mediante un aumento de colesterol y de otros componentes. A esto se le llama tolerancia al alcohol, que puede conducir a,la dependencia,que ocurre cuando las membranas de las neuronas se convierten en elementos dependientes del alcohol para lograr su normal funcionamiento.
El mismo modelo de interferencia celular puede ayudarnos a explicar por qué una fuerte dosis de bebida ocasiona ofuscaciones y pérdidas de memoria, dice Noble. El alcohol interfiere en la capacidad de las células cerebrales para formar nuevas proteínas que se cree constituyen la base de la memoria inmediata.
