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Escritores españoles se plantean en La Coruña el desafío intelectual de los nuevos medios de masas

Manuel Rivas

La aparición de los nuevos medios de comunicación de masas, de los mass media, está propiciando una nueva sensibilidad, formas distintas de percepción, y provocará una revolución de los elementos de la creación literaria, que ya se pone de manifiesto en el surgimiento de una nueva poética. Esta línea argumental del curso sobre Creación literaria y mass media, desarrollado a lo largo de la semana pasada en La Coruña en el marco de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, no fue totalmente compartida por los escritores invitados -Francisco Umbral, Gonzalo Torrente Ballester y Camilo José Cela- que intervinieron en tertulias paralelas abiertas al público y que fueron transmitidas por Radio Nacional de España.Según José Luis Alegre, director del encuentro Creación literaria y mass media, "la experiencia pone de relieve que hay un gran temor de los literatos frente a los nuevos medios, y esa actitud se manifiesta en un ataque irracional".

Esta reposición de la polémica entre apocalípticos e integrados, en la que tomaron posiciones escritores, cineastas, dramaturgos, periodistas y profesores universitarios, se transformó por momentos en lo que alguno de los partici pantes, aludiendo a MacLuhan, llamó guerra de las galaxias. Umbral, que dirigió corrosivas andanadas contra la pobreza expresiva del medio televisivo, gustosamente celebradas por parte de los contertulios se quejó de "esta conspiración para convertirme en guionista", defendiendo la vigencia y autonomía del proceso literario. Preguntado sobre la influencia de los mass media en la creación literaria, Camilo José Cela respondió sin ambages que es "la misma que pueda tener el trasero con las témporas". Más matizada fue la respuesta de Torrente Ballester, para quien los grandes medios "pueden ser muy útiles y pueden hacer mucho daño".

La intervención más descarnada sobre el futuro de la obra literaria, en su soporte tradicional, procedió del campo pragmático de la edición, cuando Jorge Gubern, director de Editorial Bruguera, diagnosticó que "el libro está en la UVI". Martín Medem, director de informativos de fin de semana en Radio Nacional, propuso la creación de una "editorial radiofónica".

Los debates no siempre se plantearon en términos de supervivencia, sino en la relación dialéctica y en la fructificación de nuevas formas a partir de esa mutua influencia entre la creación literaria y los nuevos medios. "Espero", dijo el profesor Philip Metzidakis, "que el cine haga con la novela lo que la televisión hizo con el cine: obligarlo a desarrollar nuevas formas de expresión". Pilar Miró y Mario Camus analizaron las experiencias de adaptación e interpretación cinematográfica de obras literarias, pronunciándose por la complementariedad de ambos géneros.

Necrofilia cultural

"La literatura no es hoy día un universo autónomo y aparte de los medios de comunicación", señalaría por su parte Lluis Bassets, jefe de Cultura y del suplemento Libros de EL PAÍS. "En nuestros días, se llega incluso a la paradoja de que la literatura empieza a tener entidad masiva justo después de su traducción a otros medios expresivos, de que el éxito literario es producto del previo éxito cinematográfico o televisivo".Tras esta comprobación, y después de analizar el espacio transliterario que se configura a partir de los nuevos medios, transformando la cultura tradicional, Bassets se refirió a los condicionantes extraliterarios que distorsionan el proceso creativo. "La necesidad de plena actualización de modas, tendencias y autores por parte de la industria encuentra su correlato de agotamiento de las vanguardias, de parición de una cultura más atenta al fetichismo de lo seguro, de lo consagrado, que a los riesgos del presente, de la experimentación; en la época de mayor implantación de una cultura de la juventud, la creación literaria mira hacia atrás y apuesta por los valores conocidos".

Abundando en los signos de necrofilia cultural, Bassets señaló cómo nuestra época, y no solamente en España, "se dedica más a ensalzar lo fenecido que a interrogar el presente y el futuro".

El teatro fue también presentado como un potencial espacio privilegiado en el encuentro creativo de las expresiones tradicionales con los mass media, no sin antes producirse necesariamente lo que José Manuel Garrido, director general de Música y Teatro, denominó "reconversión teatral". Profetizando un resurgir de la expresión dramática, José Luis Alegre -"el teatro no está muerto, pero no se quiere resucitar"- señaló entre sus valores que "conserva la parte del humanismo, ya que fue media antes que los mass media, mantiene la poesía, y es cine".

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