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Propuesta del pensador Morin para superar el juego cultural

Manuel Rivas

La propuesta del pensador francés Edgar Morin para una superación del juego de las oposiciones entre arqué y porvenir, tradición y modernidad, clasicismo y transformación, procurando "una integración de estas tendencias mediante el reconocimiento de la diversidad cultural y biológica y la utilización de la ciencia para provecho de todos", podría servir de síntesis armonizadora de los debates que reunieron la pasada semana en Sargadelos, en la costa lucense, a intelectuales de diversa procedencia, convocados precisamente para una reflexión colectiva sobre Tradición e modernidade, dentro de los Encuentros europeos en el Camino de Santiago.Con el duende diletante de la posmodernidad danzando en casi todas las ponencias, y con la ausencia en el oasis de Sargadelos, por diversos avatares, de los otros dos ponentes-estrella, Gillo Dorfles y Pierre Cardin, el encuentro intentó aportar luces sobre el signo cultural de una época marcada por la complejidad, para cuyo diagnóstico Juan Cueto, uno de los participantes en los debates, retomó la cita de Ortega: "No sabemos lo que está pasando, esto es lo que pasa".

"Lo que pasa", añadió el director de Los Cuadernos del Norte, "tiene una respuesta en términos gráficos, casi tipográficos: la caída de las grandes capitulares de la historia, la utopía, el partido, la revolución, la lucha de clases, que han dejado sitio a las minúsculas y a los plurales. El tratado filosófico ha dejado sitio al aforismo".

En la búsqueda, frente al uniformismo y la falsa ilusión de un progreso lineal, no faltaron profecías más o menos atrayentes, como la avanzada por Edgar Morin, quien predijo un neo-arcaísmo al cabo apenas de una década, basado en el culto a los elementos naturales, la rehabilitación de lo artesano, la inversión de los valores gastronómicos y el surgimiento de un neoregionalismo que pondere la cultura autóctona tradicional.

En la misma mesa, Luis Racionero propuso la recuperación de la ecorregión como espacio físico y político que permita al individuo encontrar de nuevo su identidad, y José Vidal-Beneyto señaló que "sólo mediante la apropiación social de las tecnologías se puede producir el progreso".

Román Gubern se refirió al traslado del espacio conflictivo al tiempo del ocio, en el que se produce una colonización ideológica que antes tenía lugar en los centros de trabajo. Según Gubern, "en el campo cultural la gran batalla es la del control de los medios de comunicación social".

Música, comic y modas fueron tres expresiones objeto de atención especial, por su momento particularmente fecundo, dentro de este debate sobre posmodernidad. La carga polémica del término no quedó, sin embargo, desactivada, como era de esperar, tras este encuentro.

Quizás la clave de lo que culturalmente sucede la apuntara anteriormente, hablando de creación literaria, José María Valverde. "La literatura existe y puede tener larga vida, pero no donde la suelen buscar los profesores de literatura. No olvidemos que El Quijote nació como obra de divertimento, algo así como una broma".

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