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La reaparición de Hafez el Asad en television no disipa las especulaciones sobre su salud

Lejos de poner término a los insistentes rumores sobre el estado de salud del presidente sirio, Hafez el Asad, su primera aparición en televisión desde hace dos semanas ha potenciado las especulaciones. Un Asad sonriente y relajado, que presidía una reunión de la dirección regional de] partido Baas, fue presentado el domingo por la noche durante unos 10 minutos a los telespectadores sirios y libaneses -en Líbano se capta la televisión siria-, pero el jefe del Estado no pronunció una sola palabra ante las cámaras y sólo la voz en off de un locutor informó del contenido de la alocución presidencial.

Este detalle hizo inmediatamente especular con que pudiera tratarse de un vídeo rodado antes del 13 de noviembre, fecha de su hospitalización para "ser operado de apendicitis", y proyectado ahora para desmentir las informaciones sobre su crisis cardiaca y la posterior embolia que podría padecer.Tras esta sorprendente reaparición de Asad, los observadores se preguntaban por qué el mentís formulado a los rumores sobre el deterioro de su estado de salud no incluyó, para ser más convincente, algunas frases suyas sobre la situación política o por qué presidió el domingo la reunión del partido en el poder y no pudo, 24 y 48 horas antes, recibir a los ministros de Asuntos Exteriores de Líbano y Arabia Saudí, que se encontraban en Damasco, así como a los de Yugoslavia, India, Cuba, que desfilaron por la capital siria a principios de la semana pasada.

¿'Enfermedad diplomática'?

Al margen de las explicaciones médicas que pueden justificar su ausencia, en algunas embajadas europeas no se descarta que la enfermedad sufrida por Asad haya sido de índole diplomática y le haya permitido evitar dos encuentros delicados con el presidente libanés, Amin Gemayel.El primer encuentro estaba previsto para el 14 de noviembre, al día siguiente de su hospitalización, y la víspera de la partida del jefe del Estado de Líbano para Ginebra, donde se inauguraba la conferencia de reconciliación nacional. Y el segundo debía celebrarse poco antes de que Gemayel emprendiese, el domingo pasado, su viaje a Roma y Washington.

Además, su enfermedad, fingida o verdadera, le ha sido útil para eludir responsabilidades en el conflicto de Trípoli, donde su Ejército sitia y bombardea, junto con los palestinos rebeldes y varios centenares de soldados libios, a Yasir Arafat, líder de la Organización para la Liberación de Palestin(OLP).

Asad reaparece justo cuando el conflicto de Trípoli aparenta estar solucionado por el plan sirio-saudí, anunciado solemnemente el viernes en Damasco y que empezó ayer a ser puesto en práctica con el desplazamiento a Siria de un "comité de coordinación", integrado por los 35 principales dignatarios de la ciudad, a los que le ha sido encomendada la aplicación del acuerdo. Desde su bastión tripolitáno, Arafat reiteró, sin embargo, ayer, que no descartaba aún un asalto sirio de gran enveírgadura contra la ciudad donde se ha refugiado y criticó a la URSS, en una entrevista al diario egipcio Al Massa, por "haber tomado partido a favor de Siria" y no haberle suministrado "ni un solo caltucho".

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