_
_
_
_

El mito del espia, antihéroe y funcionario, analizado en un curso de la UIMP de Sitges

Todos los servicios al Estado son recompensados públicamente, su autor o autores honrados y propugnados como ejemplos. Todos menos uno: el que prestan los espías. Antiliéroes por excelencia, anónimos por necesidad, marginales y clandestinos por imposición, y, sin embargo, funcionarios. Éste ha sido el tema de un curso en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Sitges: el mito del espía.Hay dos prototipos sociológicos de espía: James Bond y George Smiley. Éste es reflexivo, actúa casi como un antropólogo y presenta una moral relativista. Su actividad se delínea en el tiempo con la precisión de una partida de ajedrez, donde cada peón perdido es un hombre muerto, cuya defensa sólo es necesaria en función de la estrategia. Para él, en palabras de Lorenzo Díaz, codirector del curso, "cada victoria profesional lleva implícita una derrota humana". La violencia es soterrada, vital, pero no emotiva. Su angustia tiene no poco de existencial. Frente al él, James Bond. La culminación del héroe de las novelas de caballerías; la acción y la publicidad; la moral maniquea. Ambos r eflejan el enfrentamiento de dos culturas coetáneas, la alta cultura -Smiley- y la midcult -Bond-.

Más información
La conclusión de un debate sobre las ciudades mediterráneas se remitirá a los Gobiernos del sur de Europa

El tema del espía arrastra, en opinión de los diversos conferenciantes -Ricardo Muñoz Suay, Maruja Torres, Juan Benet, Manuel Vázquez Montalbán, Pastor Petit, Juan Cueto y Lorenzo Díaz-, un sinfin de subtemas. Desde su relación, por lo que hace a la clafidestinidad, con la militancia política, hasta la exigencia del secreto derivado de la existencia del Estado, la función de la mujer o su imposible soledad, sin olvidar la cuestión de la información y su traducción en poder. Y es que "el espía", afirma Cueto, "se dedica a desentrañar el lenguaje de los Estados, un lenguaje no humano, el del poder".

Una cierta homogeneidad en la novela de espionaje, no impide que variantes entroncadas con el momento de su aparición o el lugar de la escritura. No hay, por ejemplo, novelas de espionaje españolas. "Eso se debe", manifiesta uno de los ponentes, "a que en España no ha habido tradicionalmente espías. El único públicamente reconocido como tal es el comandante Cortina".

Pastor Petit analizó, precisamente, la situación del espionaje español. En el siglo XIX, "España estaba más preocupada de crear un aparato policial que un organismo de espionaje". La etapa posterior a 1939 está caracterizada por la aparición de servicios secretos dedicados, prioritaria y casi exclusivamente, a investigar las actividades de los exiliados y de la resistencia interior. Actualmente, la mayoría del espionaje que se realiza en España es industrial, tan fácil de llevar a cabo, que algunas empresas estadounidenses manifiestan resistencia a la hora de exportar según que productos.

Durante los años cicuenta, coincidiendo con la aparición de determinadas corrientes lingüísticas, aparece un tipo de novela de espionaje en la que los códigos secretos son tema central. Hoy esto ha caído en desuso. Los pilotos soviéticos protagonistas del incidente sobre la isla Salajín hablaban en ruso y no parecían preocuparse de si sus conversaciones eran o no grabadas y descifradas.

El espía "sólo puede ser pagado con dinero", afirma otro ponente. Su gratificación debe ser inmediata y secreta, lo que acarrea el desprestigio social de la función. Pese a ello no todos los espías son reclutados mercenariamente. Abunda el espía ideológico, especialmente entre la izquierda. El caso más conocido es el de los honorables colegiales de Cambrid.ge al servicio de la Unión Soviética. Y es que, como alguien apunta., "parece difícil entregarse al espionaje para instaurar el libre mercado". Ello comporta una moral relativista, basada en los resultados inmediatos. Una lectura de la historia en clave de espionaje, "en lugar de clave de batallitas" apostilla Cueto, "sería moralmente subversiva y mucho más interesante".

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_