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Madrid, capital de la distensión

La Prensa soviética publica ahora copiosa información sobre la tragedia aérea

Al contrario de lo que sucedió durante los días siguientes al de la tragedia aérea, los periódicos soviéticos están ahora llenos de informaciones, cartas de los lectores y comentarios sobre el siniestro del Boeing 747 surcoreano. Todos ellos, claro está, coinciden en culpabilizar a Estados Unidos, y en auxilio de esta tesis vale cualquier publicación de cualquier lugar del mundo, esgrimiéndose con este fin desde el diario vietnamita Nhan Dan hasta el rotativo gubernamental madrileño Pueblo.

En la primera página de todos los periódicos que se publicaron ayer en la URSS iban los cuatro folios de la declaración del Gobierno, que ya fue difundida por la agencia oficial Tass a última hora del martes.

FÉLIX BAYÓN, Moscú

M. R., Nueva York

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Como gran novedad de esta declaración, los observadores coinciden en señalar el implícito reconocimiento de que fue un avión de caza soviético el que derribó al avión intruso.

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Por lo demás, el comunicado gubernamental sugiere también que todas las órdenes dadas durante el incidente salieron del propio mando regional de la defensa antiaérea, desmintiendo así, sin citarlas, las opiniones de expertos occidentales, quienes, desde un primer momento, afirmaron que la decisión de derribar el jumbo partió de las autoridades militares de Moscú, si bien no se habría llegado a consultar a las altas instancias políticas.

En un tono relativamente moderado comparado con el que suele ser habitual, el comunicado del Gobierno insiste, por lo demás, en las tesis ya conocidas: el jumbo iba sin luces y no contestó a las diversas advertencias que se le hicieron. Igualmente, se afirma terminantemente que los pilotos soviéticos que intervinieron en la detención del avión intruso no podían saber que éste era un avión civil.

Además la declaración gubernamental calificaba de falsa la sugerencia hecha por Washington sobre que los aviones de caza soviéticos no tienen acceso a las frecuencias de radio que usan las compañías comerciales, e insistía en que -entre otros intentos de establecer contacto- se enviaron mensajes a través de la frecuencia de emergencia de 121,5 megaciclos. En días anteriores, Washington había dado a entender que los aviones de caza soviéticos carecían de la posibilidad de comunicarse con aviones o controles aéreos de otros países para evitar las deserciones de sus pilotos.

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