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José María Nunes rueda en Zeleste un filme sobre los 'punkies'

Con un equipo muy reducido, escaso presupuesto y casi dominado por los punkies protagonistas de su nuevo film, José María Nunes está rodando estos días, en Barcelona, Marginados, entre la ficción cinematográfica y el documental. Sin un guión concreto, con poca luz y extras improvisados, el cámara Llorenç Soler se entrega a la creación de un ambiente acorde con la historia que Nunes pretende narrar.El filme no tiene un argumento preciso. Parte de una base ambiental, la vida de los grupos punkies de Barcelona. Ellos son la historia. A partir de ahí, surgen dos personajes principales: uno, Punka, que encarna María Espinosa, protagonista de la mayoría de los films de Nunes, y otro, el marginado Ricardo, representado por José María Blanco.

Para esta realización, Nunes no parte de guión cinematográfico alguno, sino que se deja llevar por las circunstancias: "Aunque parezca redundante, ya que todas mis películas son experimentales, este filme es absolutamente distinto a los que he realizado hasta ahora. En primer lugar porque trata un ambiente que yo no conozco. Intento descubrir el mundo de los punk, comprender sus reacciones frente a los problemas familiares, laborales, intelectuales. Problemas que, con ellos, adquieren una significancia muy concreta, desde su música hasta la actitud que adoptan ante el servicio militar".

Actuaciones en vivo

El equipo de filmación, muy reducido, ya que el presupuesto no es alto, se encuentra en la sala Zeleste, rodando las secuencias pertenecientes a la actuación en vivo de los grupos musicales. En la lista de actores voluntarios -ninguno de ellos cobra por salir en imagen-, hay nombres tan sustanciosos como La viuda de García, Código neurótico, Gatotumba, Síndrome tóxico, El último resorte, o Johny destruye y Los repugnantes.

El ambiente creado en torno al filme de Nunes es poco corriente. La protagonista María Espinosa, Punka en el filme, vestida de punkita pasada tal como ella misma se describe, reflexiona sobre sus compañeros y afirma que ella, en la realidad, no es así: "Los de mi generación eramos muy ingenuos y me quedo perpleja ante estos jóvenes de quince años". También la ayudante de cámara, Mireia Pigrau, se interesa por ese ambiente del que está tomando imágenes: "Todo es muy relajado aquí, y te das cuenta de las ventajas que tiene trabajar en este tipo de cine: conocer un mundo al que nunca te hubieras acercado por tu propio pie

Nunes realiza este film, el número 15 o 16 de su filmografía -ni él mismo lo sabe-, con condiciones casi tan escasas como las de su anterior producción. En primer lugar sigue sin poder firmar en los títulos de crédito, ya que él es portugués, extranjero, y debe ceder este honor a su hija Virginia. Por otro lado, confirmándose en la línea de cinéfilo marginal, perpetúa su modo de producción pobre: "Está claro que ningún filme puede costar menos de veinte millones, pero el mío se realiza sin ellos. Siempre a partir de garantías que me proporcionan las distribuidoras o los laboratorios".

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