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La 'cumbre' de la OUA se inicia en Etiopia, tras retirarse voluntariamente la República Arabe Saharaui Democrática

La decimonovena cumbre de la Organización para la Unidad Africana (OUA) fue inaugurada ayer, finalmente, en Addis Abeba, después de que la República Arabe Saharaui Democrática (RASD) renunciase, por segunda vez, a participar en la reunión, revelando de esta forma las presiones a que se ha visto sometida para facilitar una última y dramática tentativa de salvar la maltrecha institución, que celebra este año su vigésimo aniversario. La salida de la RASD a cambio de contrapartidas confusas permite a radicales y moderados africanos celebrar la conferencia, que reúne en la capital etíope a representantes de 50 Estados.

Después de un año de bloqueo, la OUA volvió a la actividad con la elección del máximo dirigente etiope, Mengistu Haile Mariam, como nuevo presidente de la organización. El líder libio, Muamar el Gadafi, que vió frustrada, por tercera vez, su intención de conseguir la presidencia panafricana, abandonó ayer la capital etiope acompañado por toda la delegación libia, según informa desde Addis Abeba la agencia Efe. Vicepresidentes resultaron elegidos los jefes de Estado de Argelia, Gabón, Guinea, Nigeria, Santo Tomé, Suazilandia, Yibuti y Zimbabue.Igual que ocurriera en Trípoli el año pasado, la RASD ha aceptado retirarse "voluntaria y temporalmente de la cumbre", admitiendo los términos de una propuesta presentada por Senegal, según la cual la conferencia de Addis Abeba se comprometerá a fijar un calendario para celebrar, el definitivo referéndum de autodeterminación en el Sáhara occidental con "garantías expresas". La proposición no indica qué tipo de garantías son ésas.

Esta decisión de los saharauis, calificada de "acto soberano de un Estado miembro de la OUA" por el presidente de la RASD, Mohamed Abdelaziz, se produjo horas después de que se hizo evidente, en el vasto palacio del African Hall, donde están reunidos los dirigentes africanos, que no podría llevarse a cabo la propuesta del presidente en ejercicio de la organización, el keniata Daniel Arap Moi, de convocar la cumbre a las tres de la tarde (hora peninsular) sin haberse resuelto con anterioridad el problema de la presencia o no de la RASD. El grupo minoritario, opuesto a la participación de los saharauis, dirigido por el presidente de Guinea, Ahmed Sekú Turé, había amenazado con romper con la organización si se convocaba la cumbre sin contar con el quórum de 34 países, necesario para legalizar las decisiones de la conferencia.

El grupo mayoritario, que reconoce a la RASD, aceptó la retirada de esta última a cambio de garantías formales, contenidas en la propuesta de Senegal sobre las fechas y el procedimiento del referéndum de autodeterminación, reconocido por numerosas resoluciones de la OUA, a partir de la propuesta presentada por el propio rey Hassan II en la cumbre celebrada en Nairobi en 1981.

Este compromiso entre los dos grupos satisface a los países partidarios de dejar en suspenso la participación de la RASD en la OUA hasta que se celebre el citado referéndum. En sus aspectos principales reúne las condiciones que había planteado Marruecos para ocupar suasiento en el salón de reuniones, lo que todavía seguía siendo objeto anoche de discusiones cerradas en el African Hall. Los países que sostienen al Frente Polisario, entre ellos Argelia, estiman que la decisión de éste no sólo reafirma su madurez política, como sucediera en Trípoli, sino que contribuye a preservar la cohesión de la organización africana, cuya existencia corre grave peligro a consecuencia de lo que se califican de "presiones y maniobras de países fuera del área africana".

La historia se repite, pues, y el abandono de la RASD, conside rado por ésta como "temporal y voluntario", pone de nuevo el reloj de la historia africana en el punto en que estaba en agosto del año pasado, cuando los ministros de los 26 países miembros de la OUA que reconocen la República fundada por el Polisario habían solicitado de éste su renuncia a participar en la cumbre y lanzado un llamamiento a los países. ausentes para que adoptaran "una actitud constructiva".

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